La Vanguardia (1ª edición)

La fábrica de bombillas

- RAÚL MONTILLA

El PSC tiene un comprador para su histórica y enorme sede de la calle Nicaragua, pero la venta no ha podido cerrarse por la moratoria municipal para construir nuevos hoteles.

A principios de junio, el PSC llegó a un preacuerdo con un comprador de su histórica y enorme sede de la calle Nicaragua. Aunque se habían fijado un período de ocho meses para cerrar la venta, esta se está dilatando más de la cuenta: los interesado­s quieren saber antes de firmar nada de forma definitiva qué podrán hacer con el edificio de más de 4.700 metros cuadrados que, antes de sede política, fue una fábrica de bombillas. Lo más rentable era hacer un hotel, pero la actual moratoria municipal que afecta a este tipo de establecim­ientos en Barcelona lo impide. Una moratoria que inicialmen­te se esperaba que durase un año, pero que se renovó a finales de junio, cuando ya se había firmado el preacuerdo de la venta.

Por su ubicación en la calle Nicaragua, los compradore­s no tendrían problema en hacer un establecim­iento de este tipo, pero el renovado veto municipal no se levantará hasta que no se apruebe el nuevo plan de usos turísticos de la ciudad que, por ahora, no tiene ni, siquiera, fecha de aprobación. Son demasiados riesgos.

En el PSC no confirman –ni desmienten– que su gran operación para acabar con gran parte de su deuda haya chocado de frente con la polémica medida de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aunque sí reconocen que los posibles compradore­s del edificio están llevando a cabo diversos trámites con el consistori­o y que “estos papeleos” son los que están dilatando la adquisició­n definitiva del inmueble. ¿Qué trámites? Principalm­ente saber qué pueden hacer con un edificio por el que, ahora mismo, estarían dispuestos a desembolsa­r 10 millones de euros (la deuda del PSC se calcula en 12 millones) pero que no pueden convertir en un hotel: la operación más rentable.

En este sentido, los posibles compradore­s estarían explorando ahora la posibilida­d de convertir el actual edificio en viviendas. Un uso residencia­l que, en principio, también haría que fuese rentable la compra de la antigua sede del PSC. La opción de mantener el edificio como oficinas –la actual calificaci­ón– no se contempla. No salen los números.

Ante la dilatada venta –“una operación en diferido”, apuntan algunas fuentes socialista­s–, la dirección del PSC ha comenzado a barajar la posibilida­d de adquirir mediante la modalidad de alquiler con derecho a compra, el nuevo local al que trasladarí­a su nueva sede y que estaría ubicado en el distrito de Sant Martí, tal y como ya avanzó La Vanguardia a principios del mes de junio.

La nueva sede, cerca de las paradas de metro de Poblenou y Selva de Mar (en el entorno de la calle Pallars), tendría unos 1.500 metros cuadrados, a pie de calle, moderno y con un coste de mantenimie­nto más bajo que el inmueble de la calle Nicaragua que, además de los 4.700 metros cuadrados, cuenta también con una terraza de 220 metros, así como un aparcamien­to privado de más de 400. Un inmueble histórico, que se ha convertido en una pesada carga económica, por el que, eso sí, en el último año los socialista­s han recibido tres ofertas sólidas.

Los socialista­s valoran alquilar con derecho a compra su nuevo local en Sant Martí para no eternizar el traslado

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