La Vanguardia (1ª edición)

Eclipsados

- Antoni Puigverd

Si existe un escritor catalán comparable a Svetlana Alexiévich (Nobel 2015), se apellida Serés. Tiene una mirada dura y precisa como el diamante. Los diamantes de Francesc Serés forman parte de un tesoro que la sociedad catalana no sabe reconocer. ¡No tenemos idea del valor de la generación literaria de los noventa! Vicenç Pagès, Sergi Pàmies, Toni Sala, Jordi Puntí, Imma Monsó, Eduard Márquez, Ponç Puigdevall y Manuel Baixauli son escritores que merecen los máximos adjetivos laudatorio­s. Quedan eclipsados por los decorados superficia­les y cambiantes de la cultura de moda.

Casi todos ellos han pasado con éxito la prueba del nueve de la traducción a varias lenguas. Si algo tienen en común es la exigencia. Escriben en catalán y quieren formar parte de la gran literatura mundial. La obra de todos ellos destila coherencia y rigor máximos.

Por su estilo, podrían ser argentinos, franceses o rusos de primera división. De hecho, en el 2009, Serés publicó un libro titulado Contes russos (Quaderns Crema), en el que se inventaba una antóloga, Anastasia Maxímovna, que, supuestame­nte, había selecciona­do 21 cuentos de cinco escritores rusos contemporá­neos. Estos cuentos están escritos en catalán por Serés, aragonés de la Franja, pero en ellos resuenan Pushkin, Gógol, Chéjov o Bulgákov. Del mismo modo que Vicenç Pagès ha trabajado literariam­ente Figueres como si fuera Ferrara, Serés demostró que podría ser ruso. Ya antes de que tuviéramos noticia de Svetlana Alexiévich, impresiona­nte coleccioni­sta de voces anónimas, ya Serés nos había dibujado en La matèria primera (Empúries) un friso de personajes de la calle: taxistas, teleoperad­oras, camioneros, gente normal y corriente, que supera dificultad­es y se busca la vida por vías secundaria­s como casi todos nosotros, caro lector. Este intento de aproximars­e a “la realidad real” culmina con un libro fuera de serie: La pell de la frontera (Quaderns Crema), en el que Serés se aproxima a las colonias de inmigrante­s sin papeles dispersas por los frutales del Baix Cinca y el Segrià. Habitantes de una selva tan nuestra como inhóspita que sobreviven como pueden, creando extraños vínculos de tensión o de afecto como los que describe una pareja de payeses ancianos.

¿Por qué hablo hoy de Serés? ¿Para recomendar­lo como lectura de verano? Por supuesto. Pero sobre todo por el artículo que publicó días atrás en El País: “Uno a seis”, en el que, sin cuestionar la elección del escritor Javier Pérez Andújar como pregonero de la Mercè, lamentaba el desdén del Ayuntamien­to de Barcelona por los escritores en catalán: un pregonero de expresión catalana sobre seis de castellana en los últimos 20 años. Más que reparación, este guarismo debería invitar a nuestras institucio­nes a definir qué pretenden hacer con el tesoro cultural en catalán: usarlo como materia política inflamable o trabajar para que llegue de una vez a los lectores, más allá del carnaval de Sant Jordi.

¿El tesoro literario en catalán sirve sólo para ser usado como materia inflamable?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain