Las desconexiones llevan a España a activar sus urgencias
Sergio Scariolo, en el colmo del positivismo, asegura que perder de dos un día y de uno otro no está tan mal desde el punto de vista que son encuentros que se podían haber ganado. Es de Perogrullo pero lo fundamental es analizar las razones por las que España llega al cara o cruz contra equipos ante los que en plenitud de condiciones tendría que ganar de manera clara. O al menos la España de los últimos diez años, con jugadores en su madurez deportiva y con más líderes que Pau Gasol. La gasoldependencia se está extremando de un tiempo a esta parte. Elemento peligroso porque Pau, que no estuvo certero ante Brasil, no es tampoco ya ningún niño. Si él no está soberbio se echa de menos un lugarteniente al que recurrir. Sería perfecto para que las defensas no se cerraran tanto sobre el de Sant Boi. Lo podría ser Mirotic, por edad y calidad, pero todavía le faltan galones y regularidad. Lo fue Navarro, que se encuentra claramente en la recta final de su maravillosa trayectoria. Lo debería ser Rudy Fernández, pero tampoco es que sus últimas temporadas sean de traca.
Al final, los Sergios, Llull y Rodríguez, ayudan con sus momentos de lucidez pero no ha sido suficiente por culpa de las desconexiones de España. Frente a Croacia el equipo llegó a ganar de 14 en el tercer cuarto y allí arrancó su recital de pérdidas de balón, y ante Brasil cada reacción quedaba cortada por una racha contraria. Se echa de menos en ese sentido un segundo base que se complemente con Sergio Rodríguez, que es el único de los tres que está teniendo un nivel digno. Calderón sólo ha jugado un minuto (“yo ya sabía que sería así, estoy aquí para ayudar”, dice) y Ricky Rubio vive
ALGUNAS CLAVES Nadie está ejerciendo de lugarteniente de Pau Gasol y se echa de menos una mejor dirección de juego
en un socavón de confianza que le impide tener alegría en su juego.
Si a los problemas de dirección y liderazgo se le suma la falta de puntería en los triples (34% contra Croacia, 26% ante Brasil) la ecuación que queda es la de partidos ajustados donde puede pasar cualquier cosa. Esto debería empezar a cambiar a partir de esta noche (0.00 horas) cuando España afronta su tercer compromiso, ante Nigeria, la cenicienta del grupo. “Este partido nos tiene que servir para coger confianza”, señala Rudy Fernández. Más les vale puesto que Lituania y Argentina, que serán sus dos últimos rivales, ya llevan dos victorias. Quedar cuarto es condenarse a jugar contra Estados Unidos.