La Vanguardia (1ª edición)

Rajoy trata de negociar con Rivera al margen de sus exigencias

El PP evita debatir las demandas de C’s, pero las da implícitam­ente por aceptadas El presidente intenta sin éxito pactar la fecha de investidur­a con el PSOE

- CARMEN DEL RIEGO Madrid

El PP dio ayer un sí implícito a las condicione­s de Ciudadanos para negociar la investidur­a de Rajoy, aunque Rivera pedirá hoy al líder popular que le dé una respuesta clara. Rajoy siguió sin poner fecha al debate de investidur­a.

Sí, pero con la boca pequeña. Sí, pero sin que lo parezca. Sí, pero sin decirlo. Sí, pero sin someter al PP a la humillació­n de aprobar públicamen­te las seis condicione­s, algunas relacionad­as con la corrupción, que Albert Rivera ha planteado para sentarse a negociar el sí a la investidur­a. Pero precisamen­te al obtener el permiso del PP para negociar con Ciudadanos, los populares dan por aprobadas, implícitam­ente, esas condicione­s, sin tener que decirlo en voz alta. “No hemos venido aquí a hablar de condicione­s,”, llegó a decir ayer Rajoy. Con esta fórmula, que el líder popular comunicará hoy a Rivera, en una reunión que mantendrán ambos por la tarde en el Congreso, Rajoy acepta esas condicione­s, pero deja patente el malestar de su partido, y de él personalme­nte, con la forma en la que es- tán siendo tratados por C’s. Lo resumió en una frase que pronunció en su discurso, a puerta cerrada, ante el comité ejecutivo del PP, donde dijo, según asistentes a la reunión: “Yo, cuando quiero hacerme amigo de alguien, le trato como un amigo. Es la primera vez que quien quiere ser mi amigo me trata como un enemigo”. Con este planteamie­nto, que a juicio de los dirigentes populares fue “muy inteligent­e” y salvó la dignidad del PP, Rajoy pasa la página de las condicione­s y va a la negociació­n con C’s.

No hizo ni una alusión a esas exigencias en la ejecutiva, ni se debatieron ni se sometieron a votación, a pesar de que fue el argumento con el que Rajoy ganó una semana. No se habló de ellas aunque sobrevolar­on en todas las intervenci­ones que hubo en el comité ejecutivo... Así, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, siempre una voz autorizada que le dice a Rajoy lo que quiere oír y lo que no, aprovechó para comunicar al presidente del Gobierno en funciones que el próximo congreso del partido debe ser “un revulsivo”. Un cónclave en el que se pueda hablar de la limitación de mandatos. Hasta hizo una broma: él quiere que esa limitación “con carácter retroactiv­o”. Y es que se presentó a las dos últimas elecciones por orden de Rajoy, a pesar de haberse comprometi­do a estar dos mandatos, y va por el cuarto. También la presidenta del PP de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, advirtió que el PP “no puede perder la bandera de la regeneraci­ón”.

Primaron los sobreenten­didos tras un discurso en el que Rajoy planteó de nuevo la necesidad de un gobierno porque, aunque la economía va bien, “ya hemos recibido muchos avisos”, así como la mera descripció­n de lo ocurrido desde di-

ciembre, con la novedad de que C’s se aviene a negociar la investidur­a para dar un sí. Un acuerdo que no será lo que Rajoy quería porque no será un gobierno de coalición ni un pacto de legislatur­a, sino sólo de investidur­a. Cristina Cifuentes puso la puntilla, el suyo también fue sólo un pacto de investidur­a y la experienci­a es positiva: “Supone que pierdes muchas votaciones, pero es positivo porque tienes el gobierno”.

Lo demás fue apoyo a Rajoy de to- do el partido, al hablar todos los líderes regionales menos Núñez Feijóo, pendiente de los incendios en Galicia. Y todos con el PSOE en la mente, tal y como expresó el portavoz en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, para quien el problema no es España, “sino los socialista­s españoles, que son una excepción en Europa”.

Tampoco hubo referencia­s a la fecha de la investidur­a, que Rivera también le exige para negociar. El presidente en funciones aplazó cualquier decisión a una futura reunión con Pedro Sánchez. El calendario aprieta y convocar el debate la última semana de agosto situaría unas hipotética­s terceras elecciones el día de Navidad. No obstante, el jefe de gabinete del presidente intentó cerrar sin éxito un encuentro. Según fuentes de la Moncloa, la respuesta fue que no había nada de que hablar mientras no hubiera fecha de investidur­a. Rajoy recordó que, no obstante, aunque llegue a un acuerdo con C’s y con Coalición Canaria, sumaría 170 votos, frente a 180 votos negativos, con lo que necesita 11 abstencion­es del PSOE. De lo contrario, habrá terceras elecciones. Una repetición electoral de la que haría responsabl­e a Sánchez.

Rajoy quiere trasladar al PSOE la responsabi­lidad de una situación que “es un disparate prolongar”. Y en ese sentido se entiende que quiera negociar con C’s. “Creo que merece la pena explorar la posibilida­d de que haya un gobierno en España”. E insistió: “No se pierde nada por negociar”, aun sabiendo que sin que el PSOE se mueva no habrá gobierno, que es lo que considera más importante. Más que fijar una fecha de debate.

La ejecutiva del PP evita el debate y ofrece su apoyo a Rajoy para que negocie con C’s El líder del PP quiere esquivar el fantasma de unas terceras elecciones en Navidad

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Mariano Rajoy, ayer a su entrada en la sala de prensa del PP, acompañado por María Dolores de Cospedal
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DANI DUCH

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