La Vanguardia (1ª edición)

Piragua laureada

- JUAN B. MARTÍNEZ

Saúl Craviotto, oro en Pekín 2008 junto a Carlos Pérez Rial y plata en Londres 2012, se clasifica para la final de K-2 200 junto al lucense nacido en Venezuela Cristian Toro.

De los 304 deportista­s que conforman el equipo español en los Juegos de Río, el que tenía un mejor palmarés olímpico antes de que diera inicio la competició­n era el piragüista ilerdense Saúl Craviotto (31 años). Oro en K-2 500 en Pekín 2008 junto a Carlos Pérez Rial y plata en K-1 200 en Londres 2012, ahora dobla su apuesta. Ayer se clasificó para la final de K-2 200 junto a su nuevo compañero, el lucense nacido en Venezuela Cristian Toro (24 años). Por lo tanto, hoy Craviotto buscará su tercera medalla olímpica y Toro, que debuta en unos Juegos, estrenarse. Si fallan, el catalán todavía tendrá una segunda oportunida­d en el K-1 200, aunque como recuerda el policía de profesión y piragüista de pasión en una distancia tan corta cualquier mínimo fallo te hace pasar del cajón a la nada. “En 200 metros hay hasta seis embarcacio­nes separadas por apenas medio segundo. Así que puedes contar que si repites la prueba un poco después el resultado es diferente, con toda seguridad. Es muy difícil hacer previsione­s”, repite. Más brioso Toro sentencia: “En una final olímpica no creo que haya favoritos. Van a competir campeones del mundo, hay campeones y subcampeon­es olímpicos junto a gente que ha hecho muy buenas carreras y tiene su palmarés. Sólo pensamos en hacer la carrera perfecta y si eso conlleva ganar, pues mejor. Sí que es verdad que tenemos en mente poder cazar un gran resultado”.

Se juntaron el pasado mes de noviembre de la mano del entrenador Miguel García y casi por casualidad, o mejor dicho tras unos malos resultados en el Mundial de Milán. “Cristian no consiguió plaza en K-2 con Carlos Arévalo ni yo en K-1. Después del gran fallo tocó probar combinacio­nes nuevas y de eso ha surgido esta, tras poner el equipo patas arriba”, recuerda Craviotto. En el Preolímpic­o de Duisburgo posterior demostraro­n su poderío y también se impusieron en la Copa del Mundo.

Al catalán le toca el papel de adulto, de hombre sabio que guía a Toro, mientras este pone la potencia y una salida que quiere ser explosiva siempre (es una prueba al sprint que se ventila en poco más de medio minuto). Intentan de esta manera lograr el cóctel perfecto para sacar resultados. En la piragua Craviotto es más conocido, pero fuera del agua es mucho más popular en un cierto sector de público el gallego. Hasta el punto de que tras terminar muchos entrenamie­ntos en el embalse de Trasona, abastecido por los ríos Alvares y Narcea, a 20 minutos en coche desde Gijón, ha habido cazautógra­fos que han buscado a Toro, que tiene 55.000 seguidores en Twitter, por los 16.000 de Craviotto. ¿La razón? Que en el 2012, mientras su actual compañero se colgaba la plata en Londres, él participab­a en el programa de Tele 5 Mujeres,

hombres y viceversa. La experienci­a duró un par de meses pero aún hay quien le recuerda. Hoy tiene la ocasión de volver al primer plano.

Ellos no serán los únicos españoles en disputar hoy una final en el lago Rodrigo Freitas. También lo hará el balear Alfonso Benavides en C-1 200. Todos quieren seguir la estela del oro de Marcus Cooper.

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DEAN MOUHTAROPO­ULOS / GETTY Saúl Craviotto y Cristian Toro

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