Cómo conciliar su presencia sin dañar el patrimonio cultural
Las poblaciones de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) han experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas. Actualmente están censadas en España unas 33.217 cigüeñas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Ornitología. La cifra es muy superior a las apenas 7.000 contabilizadas en los años ochenta. Las comunidades más cotizadas por estas aves son Castilla y León y Extremadura, que albergan 12.017 y 11.190 respectivamente. En el pueblo de Alfaro (La Rioja) se encuentra el edificio español más poblado de cigüeñas. “Sobre su tejado se posan hasta 120 nidos y, lejos de considerarlo algo negativo, lo han convertido en un elemento turístico”, dice Jordi Sargatal, naturalista y ornitólogo, exdirector del parque natural de los Aiguamolls de l’Empordà. Joan Vázquez, secretario general del Ipcena, alega que Lleida es la única capital de provincia catalana que cuenta con esta especie de cigüeñas, y que en el resto de Europa estas aves son muy veneradas. “En Alsacia (Francia), las cigüeñas anidan también en casas particulares, y quien vive en estas casas se considera el más afortunado por tener un nido de cigüeña encima”, cuenta Vázquez. En Burgos también han optado por la adaptación de los edificios a las necesidades de estas aves. “Incluso tratándose de edificios de mucho valor arquitectónico, como es el caso de la catedral de Burgos, han sabido convivir con las cigüeñas”, sentencia Vázquez. “Se exagera el problema y sólo hace falta un poco de voluntad política”, juzga Jordi Sargatal. Nicolás López, técnico de especies amenazadas de SEO/ BirdLife, asegura que la financiación que requieren las medidas propuestas es mínima. Recuerda que “los edificios eclesiásticos son financiados en un 80% con fondos públicos” y argumenta que “ya que se destina dinero público para rehabilitar edificios que son privados sería conveniente que por lo menos se cumpliera la legislación medioambiental y se protegiera el patrimonio natural”.