Conquistadoras de sueños
La selección femenina de baloncesto quiere dar el último paso a por la medalla
En la zona internacional de la villa olímpica hay un grupo de jugadoras en formación. De la uno a la doce posan sonrientes para la fotografía y rezuman ambición, inconformismo, deseo. Ya han pasado las emociones de la victoria in extremis ante Turquía celebrada en la tarde noche del martes con un baño en la piscina. Hoy ante Serbia (20 horas) les espera la última frontera, la de intentar alcanzar la final olímpica y asegurarse una medalla que no tienen en su palmarés. Ya lo han hecho en unos Juegos mejor que ninguna otra generación española, pero llegados a este límite se trata de dar al menos un paso más. Aquí, aún que quizás el gran público no sea consciente, hay campeonas de la Euroliga, de la WNBA, de Europa y subcampeonas del mundo. Aquí, aunque a alguien le puede parecer una sorpresa, está el equipo que ocupa el puesto número 3 en el ranking de la FIBA, sólo por detrás de Estados Unidos y Australia. Son un grupo muy especial que se sabe ante la oportunidad de su vida.
“Esta generación se merece una medalla por el maravilloso ciclo que llevamos pero para esto hay que intentar ganar primero a Serbia. Somos unos privilegiados los técnicos pero ellas sí se lo merecen. Hay que ganar a Serbia o el tercer y cuarto, el que sea, aunque Serbia también está eufórica porque ganó un partido que parecía imposible contra Australia. Estaremos bien y competiremos, que es la piedra filosofal para ganar”, señala el seleccionador, Lucas Mondelo, al que las internacionales tienen un gran respeto y estima. Lleva mucho tiempo con ellas e hilvana un discurso muy particular, con un desparpajo intrínseco. “No creo que haya exceso de euforia ni que nos vaya a perder la ansiedad. Mis jugadoras están curtidas en mil batallas”, razona el técnico.
Les deja libertad en la pista y ellas la aprovechan. “Hacemos cosas increíbles que enganchan a la gente y queremos seguir haciéndolas. Esperamos no parar aquí”, afirma la base de Mongat Sílvia Domínguez a La Vanguardia, todavía con un ojo morado por un golpe. “Una vez tienes la final a tiro y a un solo partido has de ir a por ella y si ganamos una medalla me tatuó algo, los aros o lo que sea, pero primero hay que ganarla”, señala Marta Xargay. Lo mismo dice en ente sentido Anna Cruz, la gran protagonista del partido de cuartos. “Lo decidiremos si se produce, pero mi idea es plantearle al equipo que hagamos algo todas juntas. Como metí esa canasta a ver si me hacen caso”, le explica, entre risas, a este diario.
A pesar de la alegría que transmiten tras el milagro perpetrado por Cruz con su canasta final frente a Turquía no se fían ni un pelo de Serbia. Al contrario, a pesar de que la derrotaron por 65-59 en la primera fase. “Respetamos a un equipo que es el campeón de Europa y que ha eliminado a una potencia mundial. El partido que jugamos hace unos días no tiene nada que ver y el nivel de ellas ahora es otro. Hay que saberlo”, analiza Domínguez.
A su lado, Cruz es más gráfica: “Las semifinales van a ser una guerra
ANNA CRUZ “Tras mi canasta no he podido dormir mucho, pero ya estoy recuperada; no debemos volvernos locas”
porque nos tenemos muchas ganas los dos equipos. Que empiece ya”. La badalonesa confiesa: “No he dormido muy bien por el cansancio y las emociones pero ya me he recuperado”. La heroína ante Turquía estuvo toda la tarde del martes “hablando con mi familia y mis amigos. Es de los que más te acuerdas cuando pasan estas cosas porque sabes lo que ellos han tenido que sacrificar por ti”. Para el partido de hoy da un consejo: “Hemos de ser nosotras mismas y no volvernos locas”. Para preparar el encuentro no variará su rutina. “Me pondré mi música de Txarango, del Mago de Oz y de Escape. Es lo que me funciona”.
Agazapada en un lado, Alba Torrens, la anotadora del equipo que en cuartos no estuvo certera. “No me importó en absoluto porque conseguimos un objetivo tan importante que lo mío siempre es lo de menos”. Pero Alba no suele fallar en dos partidos seguidos.
SÍLVIA DOMÍNGUEZ “Respetamos a Serbia, pero llevamos años haciendo cosas increíbles y no nos queremos parar aquí”