Los transportistas denuncian la caída de la inversión viaria
El ferrocarril capta en Europa diez veces más recursos que las carreteras, según Astic
La inversión de Europa en movilidad prima fuertemente el tren frente a las infraestructuras viarias, según denunció ayer la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic). En los últimos 15 años, la UE ha duplicado la primera red, de ejecución más costosa, mientras que la segunda se ha ampliado en un 30%, según la citada entidad, un reparto que ve desproporcionado si se tiene en cuenta que esta última concentra el 45% de las mercancías que se mueven por el continente mientras que el ferrocarril representa el 11%. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que las instituciones comunitarias quieren promover con sus inversiones un cambio modal y que el tren gane cuota frente al camión.
Los datos referidos a España muestran, según Astic, que hay un claro déficit de inversión en carreteras que urge a corregir para que las infraestructuras estén en óptimo estado. El coste de mantenimiento del AVE, según esta entidad que cita las estadísticas del INE, se sitúa en 100.000 euros/km, mientras que el de las carreteras está en 9.000 euros/km. Este déficit, añade, ha crecido un 7% en los últimos dos años y se ha ampliado en un 40% desde los máximos del 2009, cuando el mantenimiento de la red viaria llegó a captar 16.700 euros/ km. Así, concluye esta asociación de transportistas, es necesaria una inversión urgente de más de 6.000 euros/km para que las carreteras estén en condiciones. Astic lamenta que en los presupuestos generales del Estado del 2016, esta partida sea de poco más de 1.000 millones.
Las grandes obras de infraestructuras construidas en los últimos años en Europa muestran el desequilibrio de las inversiones, según la entidad. Como ejemplo, Astic pone el puente de Öresund, entre Dinamarca y Suecia, por el que pueden circular tanto camiones como turismos, que tuvo un coste de 1.200 millones de euros y una duración de las obras de cinco años, un tiempo tres veces inferior al requerido para el nuevo paso ferroviario de San Gotardo –en este caso fuera de la UE, en Suiza–, que ha costado diez veces más, 11.400 millones.