La Junta Electoral veta a Otegi como candidato a lehendakari
Bildu recurrirá pero convierte a su líder en el centro de la campaña Urkullu evita dar aire a la izquierda abertzale y rehúye la polémica
La Junta Electoral de Gipuzkoa confirmó ayer que el exportavoz de Batasuna está inhabilitado como candidato hasta el 2021. Pese a todo, Bildu aprovechará su tirón en campaña.
La impugnación de la candidatura de Arnaldo Otegi no es una cuestión de la izquierda abertzale sino que interpela a toda a la ciudadanía vasca. Con esta idea de fondo, Euskal Herria Bildu intenta convertir los problemas legales de su candidato a lehendakari en un argumento central de campaña para las elecciones del 25 de septiembre. La Junta Electoral de Gipuzkoa comunicó ayer a la coalición soberanista que sobre el exportavoz de Batasuna pesa una sentencia firme que lo inhabilita para presentarse a unos comicios hasta el 2021.
“La pregunta es si esta sociedad está dispuesta a aceptar como normal que alguien decida en términos políticos qué rivales electorales les conviene tener enfrente o no”, planteó el diputado al Congreso Oskar Matute. Su respuesta, como ya han avanzado en las últimas semanas, es que no propondrán un nombre alternativo si al final los tribunales no les dan la razón. Su candidato, aunque no aparezca en las listas definitivas, seguirá siendo el secretario general de Sortu. Su justificación pasa, en primer lugar, por la convicción de que la inhabilitación para sufragio pasivo es una pena accesoria que deja de tener vigencia en el momento de la salida de prisión. Por eso, ayer anunciaron que ahora se concentrarán en presentar “el mejor recurso posible” contra una decisión que tildan de “arbitraria, injusta e ilegítima”. El reloj de los plazos para registrar las alegaciones ha empezado a correr porque las listas definitivas se proclaman el lunes. Otegi, en una entrevista grabada antes de conocer la decisión, avisó de que no dejarle presentarse sería “una grave equivocación”. En segundo lugar, los independentistas vascos de izquierdas recuerdan que han sido sus militantes quienes han elegido al cabeza de lista y que eso le legitima políticamente. Finalmente, reivindican que se trata de un debate de fondo que afecta a la salud democrática. Este último razonamiento es el que ahora tomará relevancia –al lado del periplo jurídico– para intentar atraer la atención de los votantes. “Lo que está encima de la mesa es si queremos vivir en democracia y fortalecerla o si queremos aceptar que nos impongan leyes”, alertó Matute.
El Partido Nacionalista Vasco no esconde la preocupación por el hecho que este debate monopolice la agenda. El lehendakari Iñigo Urkullu, candidato a la reelección, insistió ayer, en una entrevista en la agencia Efe, en la responsabilidad de la izquierda abertzale porque ya conocía “las circunstancias” que afectaban a su líder cuando decidió que fuera el número uno por Gipuzkoa. Entre otras cosas, no recurrió al Tribunal Supremo cuando estaba a tiempo. Sin embargo, el PNV y Podemos defienden públicamente que tiene que poder presentarse a las elecciones para que sean los ciudadanos quienes decidan qué sitio ocupa y no los tribunales. Uno de los principales damnificados del debate puede ser precisamente la formación de Pablo Iglesias, que este 25-S tiene como principal reto retener a los antiguos votantes abertzales que les dieron la confianza en las generales –su candidata, Pilar Zabala, es hermana de una víctima de los GAL– y mantenerse como la primera fuerza entre el voto joven, tal como constata un estudio reciente del Gobierno vasco. A pesar del mensaje que ahora promueve la dirección de Bildu, en algunos sectores de este espacio inquieta que su aspirante a lehendakari aparezca demasiado atado al pasado y no sea percibido por la sociedad como un gobernante de futuro.
Las principales preocupaciones de los vascos, dicen las encuestas, tienen que ver con temas económicos. Otegi, optimista, prevé que tendrán mucho campo para correr en el nuevo Parlamento porque podrán pactar cuestiones de autogobierno con los partidarios del derecho a decidir y temas sociales con las formaciones de izquierdas. Falta saber qué papel tendrá él.
El PNV defiende la presencia de Otegi el 25-S, pero le preocupa que el debate de la lista monopolice la agenda