Ethan Hawke
ACTOR
El actor, director y escritor estadounidense (45) ha ganado el premio Donostia a la trayectoria –junto a Sigourney Weaver–, una carrera que suma ya más de 50 filmes y que empezó como adolescente de El club de los poetas muertos.
Aunque le habría gustado, el año pasado Ethan Hawke no pudo estar en el festival de cine de San Sebastián. Regresión, la película de Alejandro Amenábar que él protagoniza, fue la encargada de inaugurarlo. En esta 64.ª edición, en cambio, entrará en el auditorio del Kursaal por la puerta grande. Será el día 17 de septiembre cuando reciba uno de los premios Donostia en reconocimiento a su trayectoria. El otro, ya anunciado, será para Sigourney Weaver. Aquel día se proyectará el remake de Los siete magníficos, que el actor texano estaba rodando precisamente ahora hace un año.
Su filmografía es una colección de instantáneas que permite repasar –y en buena medida definir– toda una generación, la que se ha hecho mayor a su lado. Ahora tiene 45 años. El rostro de un adolescente tímido de Austin se hizo popular en la clase de un profesor de literatura que contagiaba a sus alumnos el sabor de la vida en El club de los poetas muertos. La vitalidad del personaje que interpretaba a Robin Williams no sólo se tradujo en una buena recaudación de taquilla sino también en un clásico contemporáneo. Era difícil, después de aquel éxito escapar del destino (y de las ofertas). En consecuencia, el joven Hawke se lanzaría definitivamente a la carrera hacia la interpretación. Como le pasó en aquella película iniciática –antes, en 1985, ya había rodado Explorers con River Phoenix– con el paso del tiempo algunos de sus trabajos tienen el aroma de las películas de culto. Merece un sitio destacado Reality bites, el debut de Ben Stiller como director, un retrato de la llamada generación X. En los años noventa dos adaptaciones literarias a la gran pantalla, Colmillo Blanco y Viven, aceleraron su popularidad. En 1997, Gattaca le sirvió para iniciar una relación con quien sería su primera esposa, Uma Thurman.
En las más de cincuenta cintas que el actor lleva en sus espaldas, el nombre del director Richard Linklater ocupa un lugar central, sobre todo porque permite entender el barniz personal que cubre una carrera polifacética, que ha compaginado con la escritura y los escenarios. Con él participó en la elogiada Boyhood, una historia rodada durante 12 años, y en la trilogía Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes del anochecer. En el 2002 llegaría la primera nominación a los Oscar como actor de reparto por Training Day, donde aparecía al lado de Denzel Washington, que hace dos años ya recibió la prestigiosa farola que da forma al premio Donostia. Ahora los dos coinciden en Los siete magníficos, bajo la batuta de Antoine Fuqua, que se proyectará en la capital guipuzcoana después de clausurar el festival de Venecia. Los organizadores del certamen donostiarra aseguran estar “encantados” de poder galardonar a Hawke “ahora que el repertorio cinematográfico en continua expansión del actor permite cerrar el círculo”. La crítica ha coincidido en constatar el grado de madurez de su trabajo después de encarnar al trompetista Chet Baker en Born to Be Blue.
El premio, que se ha convertido en toda una institución, lo inauguró Gregory Peck, en 1986, casi al mismo tiempo que en Texas un chico de sólo 14 años pedía permiso en casa para ir a un casting que le abriría de par en par las puertas de la industria del cine. Desde entonces, con algunos altibajos, Hawke no ha parado de trabajar, con títulos memorables como Antes que el diablo sepa que has muerto. Además, ha escrito cuatro novelas, ha pisado los escenarios de Broadway y se ha puesto tras la cámara. El año pasado dirigió Seymour: An introduction, un documental intimista sobre el pianista Seymour Bernstein. El sábado 17 de septiembre, al día siguiente de alzarse el telón de una nueva edición de Zinemaldia, recibirá, junto a las aguas del Cantábrico, un homenaje a tres décadas de interpretación con sello de calidad. Cuatro días después, será el turno para Sigourney Weaver. Dos símbolos generacionales.
Empezó de adolescente en ‘El club de los poetas muertos’ y ya lleva más de 50 películas