La paz de La Habana
El Gobierno colombiano y las FARC concluyen tres años de negociaciones con un acuerdo final
Más de medio siglo de guerra en Colombia está quedando en el olvido a una velocidad que hace sólo tres años nadie hubiera vaticinado. Hace menos de tres años, el 18 de octubre del 2012, se iniciaron oficialmente en Oslo las negociaciones de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC. Un mes después la mesa de diálogo se estableció en La Habana, donde ayer concluyó sus trabajos con un acuerdo definitivo, marcando otro hito en el histórico calendario hacia la pacificación del país. La hoja de ruta sigue adelante camino a la consulta donde los colombianos tendrán que refrendar, o no, esos pactos.
Aunque fuentes gubernamentales adelantaron la noche del martes el fin de las negociaciones, quedaron flecos pendientes que aún estaban resolviéndose ayer, según informó el propio Santos antes del anuncio oficial en Cuba previsto para última hora del día (la pasada madrugada en España). El mandatario explicó que los negociadores estaban “dándole los últimos retoques” al acuerdo. “Hoy (por ayer) espero darle una noticia histórica, muy, muy importante al país, pero muy importante sobre todo para todos los niños y niñas de Colombia”, agregó Santos durante la presentación de un concurso de dibujo infantil de elocuente lema: “Pinta una Colombia en paz”.
Aunque al cierre de esta edición aún no se conocían los postreros detalles de los pactos, la gran mayoría de los acuerdos fueron haciéndose públicos en estos tres años a medida que se iban cerrando los diversos y espinosos temas de la agenda, como la entrega de tierras a campesinos, la lucha contra el narcotráfico y los cultivos de coca, la reparación de los derechos de las víctimas, la búsqueda de desaparecidos, la colaboración en el desminado o la participación de la guerrilla en política, así como la asunción de responsabilidades judiciales de sus líderes.
A partir de ahora la hoja de ruta marca varios hitos, que podrían cumplirse vertiginosamente. Las fechas no están definidas, aunque la prensa especula con que el plebiscito sería el 2 de octubre. Antes, Gobierno y guerrilla deben firmar protocolariamente los acuerdos en un lugar de Colombia aún sin especificar. Podría ser el 23 de septiembre, pero antes Santos debe informar al Congreso del pacto.
Paralelamente, las FARC deben celebrar su Décima Conferencia donde el Secretariado y el Estado Mayor de la guerrilla ratificarán formalmente los acuerdos. El lugar y la fecha de este plenario insurgente tampoco se conocen, aunque será la primera vez que se ocurra amparado por el Gobierno, pues las otras nueve reuniones fueron en clandestinidad. La Primera Conferencia tuvo lugar en 1965, un año después de la fundación de las FARC.
Mientras tanto, actualmente avanza el proceso de concentración de la guerrilla en 22 zonas “territoriales, temporales y transitorias” y ocho campamentos, según lo acordado en el alto el fuego bilateral y definitivo firmado en La Habana el 23 de junio por Santos y el comandante en jefe de las FARC, Timochenko, en presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Según ese pacto, la guerrilla tendrá seis meses para entregar las armas –bajo supervisión de observadores de la ONU– desde la celebración del plebiscito, siempre y cuando los colombianos ratifiquen los acuerdos de paz.
Tanto la derecha gobernante como la izquierda apoyan el sí en el referéndum, mientras que el sector conservador e inmovilista del expresidente Álvaro Uribe defiende el no. Uribe se ha dedicado estos tres años a poner palos en las ruedas de las negociaciones y pide votar en contra de los acuerdos de paz para volver a la mesa de diálogo y pactar una rendición de las FARC en lugar de unas condiciones que a su parecer consolidan la impunidad de la guerrilla. La última encuesta indica que el 67,5% de los colombianos votará por el sí, mientras que el 32,5% lo hará por el no, con una participación de sólo el 35% . La paradoja es que ese mismo sondeo señala que Uribe tiene una imagen positiva del 60%, mientras que la gestión de Santos apenas supera el 30%.
TRÁMITE EN SEPTIEMBRE Antes de la firma oficial, Santos debe comunicar al Congreso los acuerdos REFERÉNDUM El Gobierno estudia el 2 de octubre para que los pactos sean ratificados en las urnas