El dirigible Airlander 10, el avión más grande del mundo, sufre un accidente
La nave tuvo un “aterrizaje violento” durante su segundo vuelo de pruebas
La aeronave más grande del mundo, el dirigible Airlander 10, se estrelló ayer contra el suelo durante su segundo vuelo de prueba, en Bedfordshire, al norte de Londres.
Según explicó el fabricante de la nave, Hybrid Air Vehicles, el aparato, que es más grande que seis autobuses de dos pisos, sufrió como resultado daños en la cabina, aunque la tripulación y el personal de tierra salieron ilesos y en buen estado tras el accidente.
De acuerdo con el comunicado de la compañía, el Airlander experimentó un “aterrizaje violento” que provocó que la parte delantera de la cabina de vuelo sufriera algunos daños que se están evaluando. El aparato pudo ser sujetado a sus amarres en tierra con normalidad, según se puede ver en un vídeo que ha divulgado la propia compañía fabricante en YouTube.
La empresa explica que investigará las razones del siniestro, aunque ha negado en su cuenta de Twitter las informaciones de la BBC de que el dirigible hubiera chocado con un cable telefónico. Nada ha dicho Hybrid Air Vehicles, sobre si el suceso va a suponer un contratiempo y mermar las expectativas de futuro.
El aparato mide 92 metros de largo, 43 de envergadura y 26 de altura. Tiene, por tanto, más longitud que un Boeing 747, el Airbus A380 o incluso el mayor avión del mundo: el carguero Antonov 225. A diferencia de estos, el Airlander 10 puede estar en el aire hasta cinco días seguidos volando a una velocidad media de 150 km/h, flotando gracias a 38.000 m3 de helio, apoyado sólo por cuatro motores diésel de 325 caballos. El Airlander realizó su primer vuelo de prueba con éxito y en esa ocasión sin incidencias a principios de este mes. Una vez cumpla con todas las pruebas, Hybrid Air Vehicles espera que el dirigible se pueda dedicar tanto al transporte de mercancías como al de pasajeros, la vigilancia o las comunicaciones.
El Airlander 10, que usa mucho menos combustible que un avión convencional, puede transportar hasta 48 pasajeros y diez toneladas de carga en sus bodegas. Además esta nave puede despegar y aterrizar verticalmente lo que significa que no necesita una pista de asfalto. Se puede operar desde campos abiertos, desiertos y hasta sobre agua helada.
Los dirigibles tienen una larga historia que se remonta al siglo XIX, aunque su popularidad cayó frente a la competencia de los aviones tras accidentes como el desastre del Hindenburg en 1937. Esas aeronaves, desarrolladas gracias a personajes como el conde alemán Von Zeppelin, el brasileño Alberto Santos-Dumont o el español Leonardo Torres Quevedo, tuvieron su momento de gloria en el periodo de entreguerras, antes del gran desarrollo de los aviones, aunque vieron interrumpido su desarrollo por gravísimos accidentes.
Aunque la cabina impactó contra el suelo, los pilotos y el personal de tierra salieron ilesos