“Pintad los carriles bici de rojo”
Una exciclista olímpica examina la red de Barcelona y aconseja cómo evitar accidentes
Imaginen que los organizadores de una carrera pidieran a pilotos profesionales o semiprofesionales que participaran en una competición con coches sin frenos. ¿Un locura, no? Pues eso es la Red Hook Criterium, que tendrá lugar en Barcelona el sábado, en un circuito cerrado del parque del Fòrum. Las pruebas clasificatorias comenzarán a mediodía y las finales, con velocidades de hasta 60 km/h, se celebrarán de noche. A las 20 horas la femenina y a las 21.30 horas la masculina.
La chilena y catalana de adopción Francisca Campos, que acaba de cumplir 31 años y hace seis que reside en Barcelona, será una de las participantes. Ha sido varias veces campeona de Chile y medallista en los Juegos Panamericanos en la categoría de BTT o bicicleta de montaña. Aparcó su carrera profesional después de participar en la cita olímpica de Pekín, en el 2008. Con la autoridad que otorga un currículum deportivo como el suyo, Francisca Campos da un aprobado a los carriles bici de Barcelona, aunque hace sugerencias que sorprenden por su ingenuidad e ingeniosidad.
Por ejemplo, se pregunta por qué no se pintan las rayas de rojo para hacerlas más visibles. El mal estado de la actual pintura blanca es especialmente grave en algunos tramos, como en la Diagonal, entre el paseo de Gràcia y el paseo Sant Joan. El diseño de los carriles bici le parece “correcto, por lo general”, pero alerta contra las zonas en que ciclistas y peatones se ven obligados a convivir. “Quizá si los carriles estuvieran pintados de rojo, los viandantes se darían cuenta con más facilidad del peligro”. Uno de los peores recorridos es el de la parte final de la Meridiana, “mal diseñado y que obliga a circular en zigzag: casi es preferible ir por la calzada”. Este tipo de carriles, en realidad más aceras bici que otra cosa, no son muy comunes en el extranjero “y hay que tener en cuenta que Barcelona es muy turística y los visitantes no siempre relacionan dos líneas blancas con los pedales”.
Es más partidaria de compartir el pedaleo con los coches que con los peatones. Los puntos negros, aunque ella prefiere el calificativo de conflictivos, se registran en los cruces de los carriles bici bidireccionales. Es un peligro doble. Por un lado, para los peatones, que muchas veces cruzan la calzada mirando únicamente en la dirección por la que circulan los coches, sin recordar que por el lado contrario pueden venir ciclistas. También son peligrosos para los propios ciclistas. “Si pedaleas por Comte Urgell, has de tener en cuenta que los automovilistas pueden girar sin que nos vean venir en sentido contrario”.
Los carriles de doble sentido son mejores que nada, a pesar de que ella prefiere “los de sólo uno”. Por encima de todo, Francisca Campos, que entrena los martes y los sábados en el Velòdrom de Horta con el Club Pista Barcelona, insiste en lo más básico: “Respeto, pedalear con cuidado y ser muy prudente”. Otros de sus consejos no son tan sencillos y exigen mucho sentido común, el menos común de los sentidos, según Wilde: “Anticiparse a la posibilidad de que gire de improviso un coche, ver al peatón que anda distraído con su móvil, al que cruza sin mirar, a los niños que corren... Conocer las calles
El Fòrum celebra una carrera de bicicletas sin frenos, o ‘fixies’: pura adrenalina, aseguran los expertos Estas máquinas no son para cualquiera; “yo aún no sé muy bien cómo frenar”, bromea una corredora de élite
en las que se puede apretar un poco y las que obligan a ir despacio”.
Francisca Campos se instaló en Barcelona para estudiar Comercio Internacional en una escuela de negocios. El año pasado no pudo resistir las ganas de regresar a la competición y participó en el Mundial Máster de BTT de Andorra, donde quedó quinta. Ese mismo año alguien le dijo: “¿Has oído hablar de la Red Hook Criterium?”. Esta prueba, en la que participan profesionales y aficionados, como mensajeros, se disputa con bicicletas de piñón fijo y sin freno, las cada vez más populares fixies. Muchos usuarios poco duchos con estas máquinas tan especiales se instalan un freno delantero, pero las originales no los llevan y para frenar hay que bloquear la rueda trasera, ya sea derrapando o pedaleando hacia atrás, entre otros sistemas.
El lector juzgará si, a pesar de la creciente popularidad de estos ingenios, la ausencia de frenos es aconsejable en un carril bici por donde puede cruzar en cualquier momento un peatón despistado. Cuando esta deportista buscó en YouTube carreras de fixies lo único que vio era “mucha velocidad y caídas... Bicicletas a toda hostia y sin frenos”. Pensó que era una locura. Y, por supuesto, se apuntó. Su equipo es el Raw-Santafixie. Pura adrenalina. Participó en el primero de estos criteriums, de entrada libre para el público, en la cita de Barcelona del 2015.
Luego en la siguiente prueba del calendario internacional, en Milán, donde obtuvo el premio a la combatividad. Le encanta que estas competiciones atraigan a espectadores y corredores de todo el mundo y que sea tan popular también entre las chicas. Precisamente otra de las estrellas es la navarra Ainara Elbusto, ganadora de las dos últimas ediciones. Pero las fixies no están al alcance de todo el mundo. “De hecho –bromea Francisca Campos–, yo aún no sé bien cómo frenar”.