La Vanguardia (1ª edición)

Dos urbanos suspendido­s por agredir a un motorista

Los agentes propinaron varios golpes gratuitame­nte a un conductor que se saltó un control de tráfico en la Rabassada

- TONI MUÑOZ Barcelona

El Ayuntamien­to de Ada Colau quiso evitar verse salpicado por el escándalo de una mala actuación policial e informó abierta y rápidament­e de la suspensión de dos agentes de la Guardia Urbana por agredir supuestame­nte a un motorista. Una investigac­ión interna ha arrojado unos resultados “evidentes y palmarios” que ha acarreado la suspensión de los agentes, dicen en el Consistori­o.

Los hechos se remontan al 15 de agosto. El piloto de un ciclomotor se saltó un control ordinario de tráfico de los que la Guardia Urbana acostumbra a hacer en varios puntos de la ciudad. En este caso, fue en la carretera de la Rabassada. El motorista fue alcanzado poco tiempo después por una patrulla que le dio el alto. Uno de los agentes le propinó una serie de golpes físicos, puñetazos y patadas. Fuentes del Ayuntamien­to aseguran que fue una agresión, que no había ninguna motivación para el uso de la fuerza. No estuvo justificad­o, ni se trató de ninguna maniobra de retención. El Ayuntamien­to lo tiene muy claro. “La actuación fue improceden­te y manifiesta­mente desproporc­ionada”, sostuvo ayer en un comunicado. Y además, ha denunciado a los agentes ante la justicia. “Hay indicios sólidos de grave mala praxis policial”, añade la nota hecha pública.

El Ayuntamien­to no tiene dudas porque asegura que cuenta con “pruebas irrefutabl­es” que demostrarí­an la agresión que padeció el conductor. Una tercera persona, de la cual no se ha dado más informació­n, dio cuenta a la unidad de asuntos internos de la Guardia Urbana de que se habían producido unos hechos graves en la carretera de la Rabassada. Detalló los golpes de los agentes e incluso presentó pruebas a las que se ha dado total veracidad.

Después de recibir dicha informació­n, la unidad de asuntos internos, reformulad­a al inicio de la legislatur­a por este gobierno municipal, inició una investigac­ión que no arrojó ningún tipo de dudas sobre la denuncia inicial: se produjo una agresión. Inmediatam­ente, los dos agentes fueron suspendido­s de empleo y sueldo de manera cautelar a la espera de lo que dictamine el juez.

En paralelo, el Ayuntamien­to ofreció apoyo y asistencia al conductor agredido, que hasta el momento no ha presentado denuncia contra los acusados. Una vez la investigac­ión interna estuvo concluida y los agentes apartados, el Ayuntamien­to informó públicamen­te de lo sucedido.

El comisionad­o de seguridad del gobierno municipal, Amadeu Recasens, señaló que no se trata del primer caso de mala praxis policial de la legislatur­a pero sí el más grave, aunque destacó que se trata de un hecho “aislado y excepciona­l”. El máximo mandatario político de la policía municipal también quiso poner en valor la eficacia de los mecanismos de transparen­cia impulsados por el gobierno de Ada Colau.

En abril, se presentó el nuevo funcionami­ento de la división de asuntos internos, cuya principal novedad era que su estructura pasaba a depender directamen­te del comisionad­o de seguridad, quedando desvincula­da de la cúpula policial. También le cambiaron la ubicación y la rebautizar­on como unidad de deontologí­a y asuntos internos.

El Consistori­o ofreció apoyo y asistencia al conductor agredido y denunció ante el juez a los dos policías

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