Gregorio Iglesias, del cielo de Peenemünde
El pintor de Les Borges Blanques expone un monumental lienzo en la antigua fábrica de maquinaria bélica nazi
El pintor Gregorio Iglesias (Les Borges Blanques, 1966) ha conseguido ser uno de los nombres propios del verano cultural alemán con la exposición de un gran lienzo sin título, de 400 metros cuadrados, que ha colgado en las paredes de la sala de turbinas en la antigua factoría bélica nazi de Peenemünde. En este lugar se diseñaban y fabricaban los prototipos de la maquinaria bélica hitleriana a costa del trabajo forzado de miles de prisioneros en condiciones extremas, esclavos. Hoy, Peenemünde es un museo de historia que quiere servir a la cultura de la paz mundial.
“El día que llegué por primera vez a Peenemünde me di cuenta de que es un lugar espiritual. Antes de Peenemünde sentía una crisis de identidad, me preguntaba constantemente por qué hacía lo que hacía, pero allí he encontrado paz y entendimiento, una sabiduría que me hace más libre, que me hace volver a sentir que lo importante no es el destino sino el viaje”, explica el pintor. La gran pintura se inició hace un año sobre los raíles del ferrocarril que transportaba materias primas y la mano de obra esclava y se realizó a la intemperie. “Tenía la necesidad de tocar Peenemünde, de saber lo que esconden las piedras, hierros, maderas y la tierra, la lluvia, el frío y el calor, tocar la historia, el paso del tiempo”. Todos esos materiales se han incorporado a la tela y se muestran entre sombras grises, siluetas de personas, muertos, almas que deambulan, y al fondo edificios siniestros bajo un cielo plomizo. La intención del pintor ha sido la de reescribir el cruel pasado de Peenemünde, “imprimir –dice– la historia que me transmitían
“Mientras, arrodillado en el cuadro, creaba, miraba al cielo y estoy seguro de que algo o alguien me ha ayudado”
los objetos que me iba encontrando”. “En el proceso de creación, cuando estaba dentro del cuadro, arrodillado, sentado, o de pie, muchas veces miraba al cielo y estoy seguro que algo o alguien me ha ayudado”. El cuadro resultante es una pintura oscura, un homenaje al hombre que sufre, mostrando el horror que provoca la tecnología de la muerte, aunque se notan detalles pictóricos que indican la esperanza.
El proyecto Peenemünde ha sido posible gracias a la colaboración del crítico de arte y coleccionista alemán Till Richter, propietario de una prestigiosa galería de arte contemporáneo, en el castillo Schloss Buggenhagen, en Buggenhagen, en la que Iglesias ha expuesto algunos de sus cuadros. Fue Richter, que conoce a Iglesias desde su etapa parisina, el que le sugirió visitar el complejo militar desde el que se diseñaron las bombas volantes de Hitler y el que consiguió la colaboración entusiasta del Museo de Historia de Peenemünde y a la que se ha sumado la Fundació Vila Casas. Iglesias ha documentado todo el proceso con la colaboración de las fotógrafas Gala Oró y Sabela Eiriz y espera editar un catálogo y un documental. Los materiales visuales se expondrán en Buggenhagen y la Fundació Vila Casas. Además de Iglesias, otro artista, el mexicano Miguel A. Aragón, ha mostrado sus pinturas y dibujos sobre Peenemünde.