Las ventas se disparan un 200%
La polémica en Francia sobre la indumentaria de baño de algunas mujeres musulmanas –completamente tapadas con túnicas y velo– , cuyo uso ha sido prohibido por algunos alcaldes en sus playas, ha tenido una clara beneficiada: se trata de la diseñadora australiana Aheda Zanetti, creadora de un bañador islámico bautizado como
burkini (una marca registrada bajo cuyo nombre se designa ahora cualquier vestimenta similar), cuyas ventas a través de internet se han disparado un 200%. “Sólo el pasado domingo recibimos 60 encargos en línea, cuando lo normal es entre diez y doce, ¡es una locura!”, expresaba esta semana en declaraciones a France Presse. Aheda Zanetti, de 48 años y origen libanés, diseñó el burkini hace diez años con el objetivo –sostiene– de facilitar que las mujeres musulmanas pudieran “participar plenamente del estilo de vida playero de Australia”. El burkini, como prenda específica, es realmente un bañador –que cubre, eso sí, el cuerpo y el cabello–, a diferencia de los ropajes que utilizan algunas mujeres musulmanas. Mientras en Europa ha sido censurado por consolidar un tipo de vestimenta que implica un sometimiento de la mujer, en ciertos sectores integristas islámicos es criticado por dejar intuir en exceso las formas del cuerpo.