El PIB crece un 0,8% el segundo trimestre, pese a la parálisis política
La inversión y el consumo de las familias llevan el crecimiento anual al 3,2%
La inversión y el consumo de las familias han contribuido, con más fuerza de lo previsto por las propias autoridades estadísticas, a que la economía española haya crecido en el segundo trimestre del año (entre abril y junio) un 0,8%, lo que supone encadenar doce trimestres seguidos de crecimiento, pese a que el país se encuentra desde el pasado mes de enero con un Gobierno en funciones.
Esta cifra eleva el crecimiento anual al 3,2%, dos décimas menos que el trimestre anterior (donde fue del 3,4%), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, destacó “la fuerza del PIB en el segundo trimestre” y vaticinó que en el tercer trimestre “será similar”. No obstante, se cuestionó qué hubiera pasado y si hubiera crecido más la economía con un Gobierno en plenas funciones. De Guindos avanzó que si la economía sigue creciendo a este ritmo “se podría alcanzar, en los próximos dos o tres trimestres, un nivel de renta de un billón de euros, cifra que tenía España antes del inicio de la crisis”.
La demanda nacional contribuyó con tres puntos al crecimiento anual (3,8 puntos en el primer trimestre), espoleada por las flamantes cifras del sector turístico, que vive uno de los mejores años de su historia, lo que se refleja en los indicadores de consumo e inversión. Mientras que la demanda exterior aportó 0,2 puntos, seis décimas más que el trimestre pasado, cuando fue negativa de 0,4 puntos.
Por el contrario, el gasto de las administraciones públicas tuvo una variación anual del 0,1%, 2,3 puntos menos que en el trimestre precedente. Es este apartado el que mejor refleja la paralización de las actuaciones de las administraciones, en especial en lo que hace referencia a licitaciones en materia de infraestructuras.
Otro factor que influyó en el crecimiento fueron las exportaciones, que aceleraron su ritmo de crecimiento, al aumentar su tasa en tres puntos (del 3,8% al 6,8%). Como decía la semana pasada el secretario en funciones del ramo, Jaime García-Legaz, “las exportaciones españolas se están comportando mejor que en otros países del entorno por la reducción de los costes unitarios, en sectores tan relevantes como el automovilístico”. El riesgo es que la desaceleración que se registra a escala mundial, los problemas en los grandes mercados latinoamericanos (Brasil, Argentina y México) y el Brexit acaben por pasar factura.
El empleo en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo registró una variación trimestral del 0,6%, cuando en el trimestre anterior fue del 0,9%.
La CEOE admite que “el ritmo de creación de empleo se desacelera levemente, hasta un 2,9%”, según sus valoraciones. No obstante, esta entidad calcula que se ha producido un aumento neto de 484.000 empleos equivalentes a tiempo completo en el último año. También ha mejorado la productividad por trabajador, que se acelera en tres décimas, hasta el 0,4% del segundo trimestre. Como conclusión, la CEOE defiende que la economía española “mantiene su dinamismo”.
Menos optimista se manifestó el sindicato UGT que calificó de “decepcionante” el crecimiento del PIB del segundo trimestre. Esta fuerza sindical critica las políticas de austeridad llevadas a cabo por el equipo de Mariano Rajoy en los últimos años y exige “un plan por el empleo de calidad y reactivar los salarios para que los trabajadores ganen poder de compra y así se fortalezca el consumo y el ahorro”.
La clave está en ver cómo evoluciona la economía en lo que resta de año. Incluso Guindos afirmó ayer que “más que una décima arriba o abajo, lo importante es que la economía española no ha sufrido ningún tipo de desaceleración en el segundo trimestre”. E insistió en que “esta inercia no dura siempre” y “hay que alimentarla”. Sobre todo si se considera que España tiene una tasa de paro del 20% y que debe hacer frente a las incertidumbre del contexto internacional.
El crecimiento español del 0,8% es superior a la media de la Unión Europea, del 0,4% en el mismo periodo. Entre las principales economías europeas, el comportamiento fue muy dispar. En el Reino Unido la economía creció un 0,6% y en Bélgica, un 0,5%. Alemania creció un 0,4% (frente al robusto 0,7%). Pero Francia registró un crecimiento cero, como Italia (que en el trimestre anterior habían crecido un 0,7% y un 0,3%, respectivamente).
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