La Vanguardia (1ª edición)

Alarza domina un triatlón con 3.500 participan­tes

Fernando Alarza abre dos minutos de ventaja sobre el resto para reeditar su victoria del 2012 en la Mar Bella

- SERGIO HEREDIA Barcelona

El alba les pilló en la línea de salida. La arena estaba fresca, pero las aguas parecían calmadas. Embutido en el neopreno, Fernando Alarza (25) resoplaba, pensativo:

–Ayer, el mar estaba mucho más movido, mucho peor –decía.

La espera se hizo larga porque había un problema con las boyas. Las corrientes habían arrastrado mar adentro una de ellas: había que reformular el recorrido.

–No nadéis hasta la boya más lejana. Los asistentes en las canoas os dirán dónde debéis dar la vuelta –comunicó la megafonía.

La revisión se prolongó por unos minutos. Más de un cuarto de hora. Cuando los triatletas de elite, los primeros en arrancar, se lanzaban al mar, el día ya había amanecido.

A Fernando Alarza, todos esos contratiem­pos le traían sin cuidado: este año ha sido tercero en los Mundiales de triatlón. Ayer se impuso con dos minutos de margen.

Tras la elite, se tiraron otros 3.500 triatletas. Hasta el mediodía, la Mar Bella fue un trajín de nadadores, ciclistas y corredores. Se trata del triatlón más concurrido del país.

–Creo que he tenido todo bajo control –dijo Alarza.

Alarza, Guillem Rojas, el venezolano Luis Miguel Velásquez y el ruso Andrey Bryukankov salieron en cabeza del agua. Y así formaron el pelotón de cabeza.

–Íbamos a 45 o 50 km/h. Yo les decía: ‘Juntos, juntos, juntos’. Los cuatro nos entendemos muy bien. Llevamos mucho tiempo compitiend­o juntos por el mundo –contaba Alarza.

Luego, a Rojas le explotaron las piernas. Se quedaron tres. Y en el tramo a pie, Alarza voló. Firmó 30m21s, un parcial fabuloso para una carrera de 10 kilómetros. Y nadie le tosió. –Arranqué alegre porque no quería problemas. Iba a tope, sin crono y sin conocer los parciales. Y cuando les cogí un minuto de margen, ya pude soltar las piernas y disfrutar del momento. Entró dando palmas al público. ¡Cuántas veces hemos visto ese tipo de llegadas en un triatlón!

Acabó en 1h44m26s, casi dos minutos por delante de Velásquez,

ÚLTIMO PARCIAL Alarza, bronce en el Mundial, firmó un parcial de 30m21s en el tramo de 10 kilómetros a pie

que esprintó para superar a Bryukankov. En mujeres ganó la rusa Elena Danilova, en 2h00m26s. Cecilia Santamaría, quinta, fue la primera española, a 1m10s.

Luego Alarza se volvió hacia Marta, su novia, y le dijo: –¿Lista? –Lista –respondió ella. Se van de vacaciones. Tienen dos semanas por delante.

Ambos se irán a Asturias, tampoco demasiado lejos de su casa. El hombre se pasa el año viajando. Dice que vive en Talavera de la Reina, pero apenas pasa por allí tres semanas al año. El resto son viajes a las antípodas (el triatlón triunfa en Australia y Nueva Zelanda) y concentrac­iones en Lanzarote y en el Centro de Alto Rendimient­o de Pontevedra, con su grupo y su entrenador.

AGUAS TRANQUILAS La playa de la Mar Bella amaneció fresca, aunque las aguas estaban quietas; fue un buen día para el triatlón

–Cuando estoy en Talavera, no me importa entrenarme a solas –dice–. A veces me preguntan que cómo lo hago para trabajar tan duro sin que nadie me estimule. Yo les digo: ‘Saber exprimirte así es una ventaja’. Te da un plus de seguridad cuando compites contra otros. Como entrenamie­nto psicológic­o, es positivo. Dicen que el 70% del triatlón está en la mente. Aún así, busca compañía. –En la pista de atletismo, engaño a algún atleta. En la piscina, siempre hay algún nadador de club que te echa un cable. En la bici, es más fácil encontrar algún compañero.

Luego penetra en el terreno de las series y los ejercicios específico­s, y entonces la cosa se pone interesant­e. Puede pasarse una hora y cuarto trotando a 3m15s cada kilómetros. O exprimirse en circuitos urbanos sobre la bici, con picos de treinta segundos aplicando 1.000 vatios a cada pedalada.

–Incluso pedaleo detrás de una moto, aplicando mucho desarrollo, para luego moverme con la máxima agilidad.

–Esto del triatlón es muy agónico... –le planteo.

Pienso en la salida de ayer. El cielo encapotado. El agua fría. Dos horas de trabajo por delante. Las incómodas transicion­es.

–Es una profesión. Y a mí me gusta –dice Alarza. A él, y a los otros 3.500 triatletas. Aunque estos, casi todos, lo hacen por amor al arte.

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Fernando Alarza, en el centro de la imagen, respira hondo mientras espera el bocinazo de salida, ayer en Barcelona
MANÉ ESPINOSA Fernando Alarza, en el centro de la imagen, respira hondo mientras espera el bocinazo de salida, ayer en Barcelona
 ?? FERNANDO ZUERAS ?? Belmonte, Fiz e Indurain, en uno de los relevos, ayer
FERNANDO ZUERAS Belmonte, Fiz e Indurain, en uno de los relevos, ayer

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