La Vanguardia (1ª edición)

Guerra de pólizas

El sector busca clientes por la caída de asegurados entre las familias y funcionari­os

-

Las compañías de seguros sanitarios han iniciado una carrera para obtener contratos de empresas con que suplir la caída de los seguros entre familias y funcionari­os, una competenci­a agresiva que incluye descuentos del 30% en las primas, que han subido un 8,5%.

Las asegurador­as españolas han emprendido una guerra para intentar que las empresas suscriban pólizas de seguros de salud para sus trabajador­es, para compensar la caída en los seguros suscritos por las familias y en los seguros contratado­s por el Estado para los funcionari­os. Según datos de la patronal, Unespa, las asegurador­as están centrando sus esfuerzos en captar seguros colectivos, que suscriben generalmen­te las empresas como retribució­n en especie para sus plantillas o, más habitualme­nte, para una parte de ella, sobre todo directivos y cargos intermedio­s, con una agresiva campaña de recortes de precios: la prima media para los asegurados colectivos es de 571 euros anuales, un 30% inferior a la prima media que pagan los asegurados que contratan su propia póliza, que es de media de 824 euros al año por persona.

La agresiva estrategia comercial de las compañías ha logrado que las primas de seguros colectivos hayan crecido hasta octubre un 8,5%, el triple que las primas por seguros individual­es, que ha crecido un 2,7%. De esta forma, el 31,6% de las personas con un seguro privado de salud en España forman parte de una póliza colectiva, aunque su cobertura aporta a las compañías solo el 28,2% de las primas.

La guerra de precios de los seguros colectivos no sólo impacta en los ingresos de las compañías sino, sobre todo en su rentabilid­ad: según reconoce la propia patronal, el ramo de asistencia sanitaria deja un margen o beneficio técnico del 3,4% para las compañías. Este margen ha subido respecto al año pasado, cuando era del 3,3%, gracias a las medidas de contención de costes que está aplicando el sector, pero es aún el más bajo de los distintos ramos, y apenas un tercio del resultado técnico del seguro español, que se situó en el 9,2% en el primer semestre.

Fuentes asegurador­as explican que las cuentas del sector se ven también lastradas por el resultado de las mutualidad­es de empleados de las administra­ciones públicas: Muface (que asegura a los funcionari­os), Mugeju (a los trabajador­es de la administra­ción de justicia) e Isfas (a la plantilla de las fuerzas armadas). Los empleados públicos, a diferencia de los trabajador­es del sector privado, pueden elegir recibir la asistencia sanitaria en el Sistema Nacional de Salud o, a través de las mutualidad­es, en clínicas privadas. En total 1,91 millones de funcionari­os en activo o jubilados han optado por esta segunda vía, y suponen el primer colectivo de asegurados del país. La prima media que paga el estado por la atención sanitaria privada que reciben los empleados públicos es de 790 euros por persona y año. Un prima mucho más alta que la que cobran las compañías en los seguros colectivos a empresas, pero con la que no equilibran las cuentas la mayoría de las compañías: las mutualidad­es cubren a los funcionari­os en activo y a las llamadas clases pasivas (los jubilados), un colectivo con un gasto sanitario mayor que el de los asegurados en las pólizas de empresa, que lógicament­e son más jóvenes puesto que están en la plenitud de su vida laboral activa. Por ello, ya sólo tres compañías aceptan a los asegurados de las mutualidad­es públicas: Asisa, Adeslas y DKV.

Las asegurador­as han encontrado en el seguro sanitario colectivo una vía para frenar la caída del aseguramie­nto tradiciona­l suscrito por las familias para sus miembros, que ha ido reduciéndo­se por la crisis. Fuentes asegurador­as explicaron que en el 2014 el seguro individual bajó hasta cubrir sólo a 3,39 millones de personas, y el número de clientes ha ido creciendo desde entonces sobre todo por la estrategia de las compañías de lanzar minipóliza­s, que ofrecen la asistencia sanitaria con franquicia o excluyen el tratamient­o de enfermedad­es graves, que son las que suponen la mayor parte del gasto. “Las clases medias tienen menor poder adquisitiv­o que hace unos años, y el cliente familiar tipo, una pareja joven con dos hijos, ahora tiene dificultad­es para pagar un recibo de 200 euros mensuales, que es lo que puede costar su seguro médico”, reconocen.

En España, 8,5 millones de personas tenían un seguro de salud

La guerra comercial reduce los márgenes de las firmas hasta el 3,4% de las primas, los más bajos del sector La prima media para el seguro individual es de 824 euros anuales, pero baja un 30% si contrata la empresa

privado a cierre del año pasado, 220.000 más que un año antes, de los que 162.000 correspond­ieron a asegurados con una póliza colectiva. Este crecimient­o se debe en gran parte a las ventajas fiscales que obtienen las empresas que ofrecen el seguro de salud a sus empleados: pueden reducir en el impuesto de sociedades el 100% del coste que asumen, mientras que para los trabajador­es sólo se considera retribució­n en especie la parte de la prima que supere los 500 euros anuales por cada persona asegurada.

Fuentes del sector lamentan que el Gobierno no ofrezca estas deduccione­s también a las familias que contratan un seguro individual­mente, como sucedía en los años noventa. “Esa política fiscal favorece el seguro colectivo, un tipo de pólizas que por su cobertura geográfica y por los precios sólo está al alcance de las grandes empresas”, se quejan.

 ??  ??
 ?? MARTA PÉREZ / EFE ?? En España, 8,5 millones de personas cuentan con seguro privado
MARTA PÉREZ / EFE En España, 8,5 millones de personas cuentan con seguro privado

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain