La Vanguardia (1ª edición)

Cumbre de dinosaurio­s

Paul McCartney invita a Neil Young al escenario del Desert Trip y emocionan con su tributo a John Lennon

- Francesc Peirón Indio (California)

Ajenos al paso del tiempo y a la acumulació­n de arrugas, las grandes estrellas del rock de los sesenta y setenta prosiguen su periplo en el Desert Trip california­no, la mayor reunión de grandes estrellas del pasado que se recuerda en años.

La primera, como se dice, en la frente. La noche de Paul McCartney y el espíritu de los cuatro de Liverpool en el festival del desierto california­no, cómo no plantear la cuestión al ir juntos, o su esencia, en un mismo cartel. ¿Beatles o Stones? La eterna dualidad, el bien y el mal, y todo eso.

“Los dos, disfruté la otra noche con Jagger y hoy con McCartney, al que veo como el último de su banda, el heredero”, replica Brooks Payne, de 56 años, que se ha desplazado desde Wichita Falls, en Texas, para asistir a este acontecimi­ento histórico de tres noches en el Empire Polo Club de Indio, con réplica el próximo fin de semana. Reflexiona para matizar, pero tercia su esposa. –A él le gusta Neil Young. Young es el encargado de abrir el doble show de este sábado, después del arranque el viernes del histórico Desert Trip Festival, con el trovador silencioso, Bob Dylan, y la energía de las satánicas majestades.Lo que hace la cosa mediática, un tipo de leyenda como la del canadiense, la voz de la conciencia de los sesenta, queda relegado a ser el aperitivo.

Se rebeló en sus dos horas contra los clichés. Aunque no sea tan comercial como Jagger o McCartney –entiéndase, rezuma ideología–, su versión de veinte minutos de Down the river, con un guitarreo épico, alcanzó el punto de ser el momento de oro en lo que va de programa. Por supuesto, todo es opinable.

Hubo otra cima emocional para el recuerdo cuando McCartney, que maneja con precisión el efecto de la beatlemani­a, convocó al escenario a su amigo Neil Young. Se unieron con la canción A day in the life creada por los de Liverpool, que evolucionó en homenaje a John Lennon –antes sir Paul le había evocado con lo que escribió tras su muerte– gracias a su Give peace a chance. La audiencia iluminó con sus móviles, cantó e hizo el signo de la paz. Gran homenaje. El dueto se cerró con Why don’t we do it in the road para éxtasis de la concurrenc­ia. Lo despidió con un “gracias Neil, adoro a este chico”. Young, como su apellido dice, es el joven de la cita, con 70 años. McCartney le dio la bendición con sus 74 años.

“Es meritorio –insiste la señora Payne sobre el gusto de su marido-, porque en el sur no le tienen mucho cariño a Young, ya sabe”. El canadiense editó en 1970 Souther man, canción en la que habla con crudeza del racismo y la segregació­n económica y social en esa parte del país donde la bandera confederad­a, la de la esclavitud, sigue ondeando. Y profundizó en la herida en 1972 con su Alabama. Los Lynyrd Skynyrd le respondier­on en 1974 con el himno surista Sweet home Alabama.

En esta macro cita del valle de Coachella, que se recrea en la autocompla­cencia de la nostalgia, de lo felices que somos, Young introdujo la realidad. Desde su camiseta, con el lema “el agua es vida” –pronunciam­iento elocuente en este oasis, en medio de un estado en sequía–, hasta una frase lanzada en el escenario, cargada de mala leche, que a más de uno de los convocados, por muy hippie que fuera hace medio siglo, le haría sonar lo que no suena.

“Mañana tenéis que volver porque Roger Waters va a construir un muro y hará a México grande de nuevo”. Un ejercicio de demolición del republican­o Donald Trump –pese a que no necesita a nadie para destruirse a si mismo-, que se proclama fundador del neoimperia­lismo estadounid­ense. Y, tras el pirateo en sus mítines de Rockin’ in the free world, pieza que puso colofón a su espectácul­o, le ofreció al millonario que utilice en su campaña Welfare Mathers, una tonada en reivindica­ción a las mujeres que sacan a sus hijos adelante en la pobreza.

Waters y The Who cerraban este domingo la programaci­ón.

Si alguien se sintió molesto, pues nada, ahí aparece Paul McCartney, a repartir amor. En dos horas y media no cesó de rendir tributos. A su actual esposa, Nancy, por su cumpleaños (Maybe I’m amazed ), a la difunta Linda (My Valentine), al productor George Martin (Love me do), al amigo George Harrison –interpretó su Something con el ukelele, aunque tuvo que parar, “estoy fuera de tono” y cambiarlo: “demuestra que estamos en directo”–, a Jimmi Hendrix (Foxy Lady )oalos Rolling Stones. En devolución del agasajo de la noche anterior por tocar Come together, interpretó I wanna be your man, una pieza suya y de Lennon que escribiero­n para Mick Jagger y Keith Richards.

Pero el mayor homenaje se lo ofreció a la audiencia. Sabe perfectame­nte que el público va a verlo más por The Beatles que por Paul McCartney. Tiró de legado para satisfacer a la concurrenc­ia con una fiesta “estilo Liverpool”. O verbena de fiesta mayor. No hay pueblo donde las orquestas no echen mano a este repertorio. Las tonadas de la banda de los cuatro se han convertido en canciones populares. A nada que suena uno de sus acordes –A hard day’s night, Can’t buy me love, Let it be o Carry that weight–, los espectador­es parecen notar un calambre y se ponen en pie a bailar.

“Sé que canciones os gustan. Levantáis vuestros celulares y encendedor­es al aire en respuesta a esos hits. Cuando toco algo que no conocéis delante hay un agujero negro”, reconoce con cierta frustració­n.

Así que Hey Jude y a dormir felices. Lástima del atasco. De Ringo Star, aunque se le observó en alguna foto, no se acordó nadie.

LA BEATLEMANI­A McCartney maneja el legado de The Beatles con maestría para mantener su show LA CONCIENCIA DEL DESIERTO Young abre la segunda jornada luciendo una camiseta reivindica­tiva: “El agua es la vida” DEVOLUCIÓN DE LA DEUDA El de Liverpool dedica un tema a los Stones y el canadiense se mofa del muro de Trump

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CHRIS PIZZELLO / AP Paul McCartney y Neil Young se reunieron sobre el escenario para interpreta­r canciones de John Lennon y The Beatles
 ?? MARK RALSTON / AFP ?? McCartney calentó el concierto con música de The Beatles
MARK RALSTON / AFP McCartney calentó el concierto con música de The Beatles
 ?? KEVIN WINTER / AFP ?? Neil Young , durante su actuación de casi dos horas
KEVIN WINTER / AFP Neil Young , durante su actuación de casi dos horas
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MARK RALSTON / AFP Dos jóvenes fans posan ante los pósters de los Stones
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