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Los problemas de Donald Trump por la revelación de sus comentarios sobre las mujeres, y la demora de 18 meses en la construcción de la nueva plaza de les Glòries.
Atan sólo un mes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump, víctima de sus excesos morales y verbales, atraviesa la crisis más grave desde el inicio de la campaña electoral. La revelación de un vídeo, grabado hace once años, en el que expresa opiniones denigrantes sobre las mujeres y que ha impactado profundamente en la sociedad estadounidense, le ha hecho perder popularidad y recibir múltiples críticas de todos los sectores, incluso dentro de su círculo político más cercano, hasta el punto que se encuentra aislado y seriamente cuestionado como candidato republicano a la Casa Blanca. Incluso se ha visto obligado a declarar que no abandonará la carrera presidencial.
Desde la publicación el pasado viernes por The Washington Post del citado vídeo son muchos los miembros del Partido Republicano que están retirando su apoyo a Trump, de la misma manera que importantes donantes han suspendido sus ayudas para la campaña. Incluso hay voces muy respetadas en esta formación política que piensan que debe retirarse. John McCain, que en su día fue candidato a la Casa Blanca, ha afirmado que después de lo conocido estos días es imposible que Trump pueda seguir siendo candidato. La lista de quienes le han criticado duramente incluye, entre otros, alas dos principales autoridades del partido, el presidente del comité republicano, Priebus, y el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, así como el candidato a la Casa Blanca en el 2012, Mitt Romney, el exgobernador de California, Arnold Schwarzenegger y la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, que han afirmado que no piensan votarle.
La alternativa más viable para relevarlo y competir con Clinton, a estas alturas, sería Mike Pence, gobernador del estado de Indiana y candidato a la vicepresidencia. El propio Pence ha marcado ya sus distancias al afirmar que como esposo y padre no puede defender la actitud de Trump. Pero, pese a ello, valora que haya pedido perdón y haya prometido cambiar en el futuro. Todo dependerá, en cualquier caso, del impacto que tenga en la opinión pública el debate que se ha celebrado esta madrugada entre Trump y Hillary Clinton.
La mujer de Trump, Melania, ha declarado que lo que dice su marido en el denigrante vídeo del 2005 no refleja su verdadero carácter. Pero lo cierto es que no se trata de un caso aislado, ya que en múltiples ocasiones ha hecho gala de su actitud grosera e insultante, no sólo contra las mujeres, sino contra los hispanos, los negros, los musulmanes o también contra los homosexuales. Pero esta vez, en su postura machista, maleducada y agresiva contra las mujeres, la gota ha colmado el vaso.
El gran temor del Partido Republicano es que como consecuencia de la personalidad de Trump, que aparece tanto en sus comportamientos actuales como del pasado, no sólo pueda perder las elecciones presidenciales del 8 de noviembre sino que la derrota se extienda también a la pérdida de la mayoría que esta formación tiene en las dos cámaras del Congreso, lo que supondría un auténtico cataclismo para los republicanos. Las reiteradas declaraciones machistas de Trump están movilizando a las mujeres en su contra y eso puede ser definitivo, ya que el voto femenino supone el 53% del electorado.
Todo indica que, pese a los intentos del Partido Republicano por intentar cambiar de candidato o desmarcarse de él, ya es muy tarde. Sus dirigentes han tardado mucho en tomar plena conciencia del perfil negativo de Trump, pese a las múltiples salidas de tono que ha tenido en los últimos meses, y ahora la suerte parece estar echada.