El Papa nombra 17 nuevos cardenales y reduce el peso de la Iglesia europea
Logra la púrpura el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, único español en la lista
La pérdida de peso e influencia de Europa en el catolicismo global parece un proceso inexorable. Francisco, el primer papa latinoamericano, está reflejando esta tendencia en el colegio cardenalicio con un acento aún más marcado que su predecesor, Benedicto XVI. El Papa anunció ayer, después del ángelus, la celebración de un consistorio el próximo 19 de noviembre en el que creará 17 nuevos cardenales, 13 de ellos electores en caso de cónclave. De estos últimos sólo hay tres europeos, entre ellos el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra.
La noticia llegó por sorpresa, aunque se sabía de la intención de Jorge Mario Bergoglio de ampliar el colegio cardenalicio. El Pontífice ha elegido para el consistorio una fecha simbólica, la víspera del final del jubileo extraordinario de la misericordia.
Francisco destacó que los nuevos 13 cardenales electores proceden de 11 naciones de los cinco continentes, y eso “expresa la universalidad de la Iglesia que anuncia y testimonia la buena nueva de la misericordia de Dios en cada ángulo de la tierra”.
Para Italia, que ha tenido durante siglos una representación enorme –y desproporcionada– en la dirección de la Iglesia, la cosecha vuelve a ser muy magra. Sólo será cardenal Mario Zenari, quien ni siquiera vive en Italia. Se trata del actual nuncio apostólico “en la amada y martirizada Siria” (palabras de Francisco), cargo que continuará desempeñando.
Además del español Osoro, el otro europeo que alcanzará la dignidad cardenalicia será el arzobispo de Malines-Bruselas, Jozef De Kesel. El continente americano aumenta significativamente su presencia. En la lista hay tres estadounidenses –Kevin Joseph Farrell, prefecto del dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; el arzobispo de Chicago, Blase J. Cupich, y el arzobispo de Indianápolis, Joseph William Tobin– y otros tres de América Latina –el arzobispo de Mérida (Venezuela), Enrique Porras Cardozo; el arzobispo de Tlalneplantla (México), Carlos Aguiar Retes, y el arzobispo de Brasilia, Sérgio da Rocha–. África logra dos purpurados: el arzobispo de Bangui (República Centroafricana), Dieudonné Nzapalainga, y el arzobispo de Isla Mauricio), Maurice Piat. Dos nombramientos recaen en Asia y Oceanía: los arzobispos Patrick D’Rozario (Bangladesh) y John Ribat (Papúa-Nueva Guinea).
Francisco creará cuatro cardenales no electores (por sobrepasar los 80 años) como agradecimiento por su largo servicio a la Iglesia. Son un italiano, un malasio, un albanés y uno de Lesotho. El albanés, Ernest Simoni, reviste especial significado porque no se trata de un obispo sino de un simple sacerdote que pasó 28 años en prisión durante el régimen comunista y que soportó torturas y trabajos forzados.
A partir del 19 de noviembre, el colegio cardenalicio tendrá 228 miembros, 121 de los cuales electores. Entre estos últimos no queda ya ninguno nombrado por Pablo VI. Los designados por Juan Pablo II son una minoría (21). Los que nombró Benedicto XVI suman 56. Francisco, en tres años y medio, ha designado a 44 cardenales electores y 11 eméritos. En poco tiempo, pues, el pontífice argentino ha podido influir de modo relevante en los equilibrios globales, no sólo desde el punto de vista geográfico sino del perfil de las personalidades elegidas.
Europa continúa siendo el continente más presente entre los participantes de un futuro cónclave, con 54 cardenales. Le sigue el continente americano, con 34. África cuenta con 15, Asia con 14 y Oceanía con cuatro.
El anuncio de los nuevos cardenales, después del ángelus, siguió a unas palabras de condolencia y solidaridad del Papa por las víctimas del huracán Matthew en Haití. Francisco había presidido antes la misa, en la plaza de San Pedro, con motivo del Jubileo Mariano. En la homilía, Bergoglio aprovechó un pasaje bíblico sobre la curación de un leproso en el río Jordán para exhortar al respeto a los extranjeros. “¡Cuántos extranjeros, también personas de otras religiones, nos dan ejemplo de valores que a veces olvidamos o abandonamos!”, subrayó el Papa. “Quien vive junto a nosotros, quizás despreciado y marginado porque es extranjero, puede sin embargo enseñarnos cómo caminar sobre la vía que el señor quiere”, agregó Francisco, y recordó que también los padres de Jesucristo fueron extranjeros en Egipto.
Los purpurados italianos, otrora todopoderosos, cada vez son menos Será cardenal un cura albanés encarcelado durante 28 años por el régimen comunista