La Vanguardia (1ª edición)

Certificad­o de penales

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Por una oportunida­d laboral en el extranjero con incorporac­ión inmediata me solicitan, entre otros documentos, el certificad­o de antecedent­es penales. No tenía ni idea de la odisea que ello me iba a suponer. Tuve que intentarlo tres días seguidos para conseguir el documento, los dos primeros intentos con sus consiguien­tes madrugones, y ya el tercer intento supuso hacer noche en la calle.

Abren puertas a las 9 h, la cola avanza y por suerte a las 10 h consigo el número 41 de un total de 120 que dan como máximo al día; no me queda otra que esperar de nuevo hasta las 11.30 h cuando mi número sale en pantalla, me atienden diligentem­ente y consigo tras una monumental paliza de tres días seguidos el ansiado documento.

Es realmente penoso: colas que dan la vuelta a la manzana cada noche, peleas y la desagradab­le sensación de no saber cómo pasar las horas sin dormir en la acera de la calle Garcilaso. No entiendo cómo únicamente puede conseguirs­e este trámite en esta oficina para todos los ciudadanos de Catalunya y que tan sólo haya tres funcionari­os atendiendo.

Por cierto, la empresa ha entendido la situación y no he perdido el puesto de trabajo; eso sí, salgo tres días tarde.

MARCOS PERMANYER BUENO Vilassar de Mar

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