Referéndums

Cualquiera que hubiese sido su sentido, el resultado del referéndum del Brexit tenía que afectar sensiblemente a todos los ciudadanos de la Unión Europea y, no obstante, votaron sólo los ciudadanos británicos. Cualquiera que hubiese sido su sentido, el resultado del referéndum sobre la posible escisión de Quebec tenía que afectar sensiblemente al resto de los ciudadanos canadienses y, no obstante, votaron sólo los ciudadanos quebequeses. Cualquiera que hubiese sido su sentido, el resultado del referéndum sobre la posible escisión de Escocia del Reino Unido tenía que afectar sensiblemente a todos los ciudadanos de este último país y, no obstante, votaron sólo los ciudadanos escoceses.

Cualquiera que fuese su sentido, el resultado de un referéndum sobre la escisión de Catalunya del Reino de España afectaría –más o menos y para bien o para mal– a todos los ciudadanos de ese último país, pero ¿por qué se empeña el Estado español en que esa decisión debería ser tomada por todos los ciudadanos españoles? El problema real es, probablemente, que, en el fondo, nos faltan aún unos cuantos siglos de tradición democrática o que, como ya sentenció Giulio Andreotti, a nuestra democracia le manca finezza. Y así seguimos.

JOAN MIRÓ Suscriptor Barcelona