Un auto automóvil
Las cosas próximas y familiares son también las que tienen más sinónimos, más modos de decirlas. Así, un automóvil es popularmente y, sobre todo, un coche, y esta palabra que se usa para el vehículo que funciona con carburante es una herencia del vehículo que iba tirado por caballos –un coche de caballos– y que había llegado del húngaro kocsi (carruaje). Sí, emparentado con kocsis (cochero), como el futbolista del Barça Sándor Kocsis y el director de orquesta Zoltán Kocsis, los dos húngaros.
Para un coche –antes, un auto– en lenguaje coloquial hay sinónimos como un buga, un haiga, un bólido, un carro... También un cacharro, que tanto puede ser un pedazo de coche (“Chica, menudo cacharro te has comprado”), como un trasto (¿Dónde vas con ese cacharro?”). Si está viejecito, entonces es la carraca, la tartana... Pero el término científico es automóvil. (Quiero agradecer a los amigos de Twitter la ayuda con estos sinónimos.)
Cuando los caballos de sangre fueron arrinconados por los motores de explosión, no es difícil deducir por qué aquellos vehículos que dejaron de ser de tracción animal fueron bautizados con la palabra automóvil :se movían solos. Al menos, esa era la impresión que tenían sus usuarios. Pero no era cierta porque entonces –mucho más que ahora con todos los artilugios que incorporan para facilitar la conducción– la destreza del conductor era primordial y mucho más compleja que en un coche de caballos.
Pronto circularán por las calles y carreteras los vehículos que no requieren conductor. El invento está en periodo de pruebas, pero es evidente que tarde o temprano acabará funcionando bien, al menos en las vías que estén perfectamente señalizadas. Si cuando se inventó el automóvil no se le hubiera dado este nombre y sólo se hubiera utilizado la denominación
coche, hoy estos coches sin conductor podríamos calificarlos, con todas las de la ley, de automóviles: coches automóviles (coches que se mueven solos). “Google inventa el coche automóvil”, titularía la prensa.
Pero esta palabra ya no sirve para ese propósito; se necesita una locución: automóvil sin conductor. El inglés self-driving car bien podría traducirse por automóvil autoconducido o, simplemente, autoautomóvil. Claro que si los coches con conductor acaban desapareciendo –o quedan como algo residual, como ha pasado con los coches de caballos–, entonces sí podrán heredar el mismo nombre,
automóvil, ahora sí con un significado ajustado a lo que quieren decir los dos elementos de esta palabra compuesta: que se mueve solo.
Pronto circularán por las calles y carreteras los vehículos que no requieren conductor