Se busca chica guapa para gritar
Barbara Crampton, icono y ‘sex symbol’ del terror, habla de lo que suponía ser ‘scream girl’
Hay cola de aficionados para que la actriz estadounidense Barbara Crampton (Levittown, 1958) les dedique fotografías y carátulas. Son imágenes de películas como Re-Animator, Doble cuerpo, Tú eres el siguiente...) En una de las fotos ella muestra los senos y, al escribir la dedicatoria, tiene el detalle irónico de bordearlos, como si su caligrafía pudiera ser interpretada como censura. Crampton, que ha recibido el premio Màquina del Temps del festival de Sitges como reconocimiento a su trayectoria, es una de las scream girls –algo así como chicas gritonas– más famosas del mundo.
¿Qué fueron las scream girls, o scream queens, título reservado a las más destacadas, como Crampton? “Una generación de actrices de los años setenta y ochenta –responde Àngel Sala, director del festival–, que eran las típicas víctimas de los zombis, asesinos en serie o monstruos, y que gritaban mucho y aportaban glamour a la película”. Glamour es poco: el monstruo solía pillarlas cuando se estaban vistiendo y Crampton fue un sex symbol gracias a esos papeles (pregunten a sus amigos por la escena de la cabeza cortada de Re-Animator).
Si bien trabajó con directores como Stuart Gordon o Brian Yuzna –que es jurado este año en Sitges–, el primer papel se lo dio Brian de Palma en Doble cuerpo (1984). “En el guion –recuerda ella– tenía tres escenas con diálogos y una de sexo. La noche antes de empezar a rodar, me llamaron y me dijeron: ‘El director ha cortado tres escenas’. ¡Eran justamente las de los diálogos! Me puse a llorar pero me dije que aquel trabajo con De Palma me podría abrir la puerta de otros proyectos. Luego, la escena de sexo la repetimos al menos cien veces, a lo largo de todo un día, cuando no era necesario, pero en fin... Hace unos pocos años, estaba cenando con una amiga en un restaurante, alguien me puso la mano en el hombro ¡y era Brian! Le dije: ‘Aún estoy esperando que me ofrezcas un papel con diálogo’. Se rio y me dijo: ‘Muy bien, lo haré’. Sigo esperando...”
Está “un poco harta” de ser llamada, a estas alturas, scream queen. “Es un término sobreutilizado y menospreciado. Básicamente, está pasado de moda. Hoy, en las películas de terror, los personajes femeninos son más activos, se enfrentan a los obstáculos, encuentran soluciones e incluso salvan vidas”.
De hecho, lo mejor de Beyond the gates, su última película, que presentó ayer en Sitges, es sin duda su interpretación. Se siente como pez en el agua en este filme de Jackson Stewart, un homenaje al terror de los años 80 y 90, el VHS, los video- clubs y la serie B. “Es una carta de amor al género en esos tiempos. Jackson es un fan del cine de esa época y sobre todo de los efectos especiales auténticos, la sangre real”. ¡¿La sangre real?! “Bueno, es un decir, es artificial, una imitación, pero la puedes tocar, sentir y mancharte. Como actriz, prefiero ser salpicada de sangre y no que me pongan los efectos después por ordenador. La sangre es oro, produce una respuesta visceral en el actor, sientes repugnancia al momento; si no, te lo tienes que imaginar. Lo mejor es crear, del modo más realista posible, ese mundo”.
Àngel Sala se pone nostálgico para citar a sus scream girls favoritas: Jamie Lee Curtis, Adrienne Barbeau, Madeleine Burns –“sus gritos en La matanza de Texas aún me ponen la piel de gallina”–, Dee Wallace, Natalie Haberkamp... Aunque Crampton trabaja en varios proyectos y nunca le faltó el trabajo, “no es normal que hagan carrera posterior –admite Sala–, se quedan encasilladas. Jamie Lee Curtis es una excepción, pero probablemente porque forma parte de una familia potente en Hollywood”.
“Brian de Palma eliminó del guion de ‘Doble cuerpo’ mis escenas con diálogo y sólo dejó la de sexo”