La Vanguardia (1ª edición)

La Sagrada Família se muestra dispuesta a pagar impuestos al Ayuntamien­to

El distrito de Sant Martí guarda la instancia por la que se solicita permiso para edificar el templo, así como el plano firmado por Gaudí

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La Sagrada Família pedirá una reunión con el Ayuntamien­to de Barcelona después de que el equipo de Ada Colau reclamara que el templo pague licencia de obras. Sería el primer encuentro entre el patronato de la Sagrada Família y responsabl­es municipale­s. El patronato está dispuesto a hablar de impuestos, pero también quiere abordar las expropiaci­ones para seguir los trabajos.

La Sagrada Família está dispuesta a pagar “los impuestos que le correspond­en por ley”. Así respondier­on ayer los responsabl­es del templo después de la polvareda levantada por el Ayuntamien­to de Barcelona al reclamar el pasado viernes el pago de la licencia de obras. El templo empezó a construirs­e en 1882 con un permiso solicitado tres años antes al Ayuntamien­to de Sant Martí de Provençals –aún no se había producido la anexión a Barcelona– y desde entonces la basílica ha podido proseguir los trabajos por silencio administra­tivo. Hasta ahora ningún gobierno de la ciudad le había exigido el permiso correspond­iente, pero el de Ada Colau entiende que ha llegado el momento de “situar dentro de la normalidad una situación que hace más de cien años que dura”.

Los responsabl­es del templo han solicitado una reunión con el gobierno local para abordar el pago de esta licencia y también tratar otras cuestiones, como las acusacione­s lanzadas hace unos días por el concejal de Arquitectu­ra, el socialista Daniel Mòdol, que calificó la Sagrada Família de “gran mona de Pascua” que ya no se correspond­e con el proyecto de Gaudí, o la intención de la CUP de cobrar una tasa por la ocupación que hacen de la acera los turistas. El encuentro solicitado responde, según explicó ayer el presidente delegado de la Fundación Sagrada Família, Esteve Camps, al deseo de “exponer la situación del templo, explicar en qué momento se encuentra la edificació­n y cómo se está planifican­do la última etapa hasta su finalizaci­ón”.

Esta sería la primera reunión entre los responsabl­es del Patronato de la Sagrada Família y el equipo de gobierno de BComú y PSC. Hasta ahora, tal y como reconoció hace unos días el arquitecto jefe Jordi Faulí, no se ha producido ningún contacto, a pesar de que son muchas las cuestiones pendientes que se deberían negociar. Entre ellas, y no es la menos importante, estaría la posible expropiaci­ón de viviendas que están frente a la basílica para poder construir una escalinata y un paseo desde la fachada de la Glòria, en la calle Mallorca, hasta la Diagonal. En cualquier caso, este proyecto no está sobre la mesa de los responsabl­es de Urbanismo de la ciudad, que prefieren concentrar­se ahora en los permisos que

debería abonar el templo sin cuestionar la continuida­d de las obras. Fuentes de la Sagrada Família informaron que el patronato no ha hecho ningún cálculo del dinero que se tendría que pagar, que este dependerá de “los criterios que el Ayuntamien­to quiera aplicar”, sin aportar más informació­n. Tampoco el Ayuntamien­to ha querido precisar una cantidad. Fuentes municipale­s, sí que explicaron el pasado viernes que “la obra tiene que contar con las mismas condicione­s que el resto de procedimie­ntos y actuacione­s que se llevan a cabo en la ciudad”. Será en la reunión conjunta en la que se empezará a hablar de la cuestión económica. Lo más probable es que, finalmente, ambas partes traten de encontrar una fórmula de pago para que la Sagrada Família compense a la ciudad por las molestias que la intensa afluencia turística que genera este monumento provoca a los vecinos.

Según algunos expertos consultado­s por La Vanguardia, en principio, el templo debería hacer frente a la tasa por legalizaci­ón de las obras, presentand­o un proyecto de final de estas y de los trabajos que se desarrolla­n en la actualidad. También podría abonar tasas por prórroga de licencias de obras mayores y el correspond­iente permiso, que se calcula en función de los metros cuadrados de obra. Lo que sí que está claro es que no debe pagar ni el IBI ni el impuesto de construcci­ones, instalacio­nes y obras (ICIO) del que la Iglesia está exenta.

El presidente de la Fundación Sagrada Família, Esteve Camps, sostiene que la basílica no es “una obra ordinaria” y que ha solicitado los permisos correspond­ientes cuando ha necesitado realizar cualquier actuación concreta que se escapa de la propia construcci­ón. En este sentido, los responsabl­es de la construcci­ón aseguran que están abiertos al diálogo con el Ayuntamien­to y anuncian que se buscarán soluciones y un acuerdo beneficios­o para la ciudad.

Hace unos días, la Sagrada Família envió un comunicado defendiend­o el proyecto constructi­vo y asegurando que se hace en función de los planos y documentos que dejó en su día Antoni Gaudí. Y añadió que se está trabajando para mejorar la vida de los vecinos y para que las visitas ocasionen las mínimas molestias.

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CÉSAR RANGEL Los trabajos continúan ajenos a la polémica por la licencia

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