Piqué decidió hace tiempo dejar ‘la roja’ al sentirse bajo sospecha
Piqué resolvió hace tiempo sobre su futuro con España al sentirse bajo sospecha
Desde mucho antes de que Gerard Piqué fuera famoso ya jugaba con la selección española. Desde mucho antes de que supiera que se ganaría la vida con el fútbol o que se emparejaría con una estrella de la música el central barcelonista ya defendía los colores de la roja en las categorías inferiores. Exactamente desde los 16 años. Ahora tiene 29 y cuando deje el equipo de Julen Lopetegui, según anunció el domingo, será un futbolista de 31. Es decir, habrá cumplido un ciclo de 15 vistiendo las camisetas de las distintas categorías de España. Hasta el momento, no se le conoce ni un sólo mal comportamiento dentro del vestuario. Ni un mal gesto interno cuando ha sido convocado. De hecho, el personal de la Federación Española le tiene un cariño especial a Piqué, al que han visto crecer. En el campo se ha empleado con el mismo ardor con España (recuerden los golpes en la cara que recibió en el Mundial de Sudáfrica) que con el Barça, el United o el Zaragoza.
“Lo he intentado todo pero ya estoy harto. Lo de la camiseta es la gota que ha colmado el vaso”, declaró tras el partido de Albania. La gota de un vaso en el que hace tiempo que se estaba gestando la decisión que verbalizó Piqué el domingo. Había pensado mucho sobre esta situación y decidió que era el momento de hacerlo saber. “No es un calentón”, explicó el defensa. En este sentido se vio tentado de hacer del Mundial de Brasil 2014 el último campeonato con la camiseta de la roja porque se creía uno de los jugadores señalados.
Como siempre juega con manga larga por superstición y por comodidad en Albania le dieron la camiseta para salir al césped con manga larga, pero no se sentía a gusto porque no le cubría todo el brazo y la recortó, poniéndose otra debajo. Esa equipación, a diferencia de las de manga corta, no tenía un ribete rojo y amarillo, foco de la última polémica que ha llevado a Piqué a anunciar que deja la selección tras el Mundial de Rusia. Antes de preguntar nada o de informarse, las redes sociales y muchas páginas web se hicieron eco de la polémica, acusándole en bastantes casos de recortarse el ribete para no portar los colores de España.
Cuando la Federación demostró que el modelo de manga larga no llevaba los remates y que Piqué sólo había recortado las mangas, no el detalle rojigualdo, ya era tarde. El daño estaba hecho.
De nada le sirvió a Piqué ser uno de los mejores de España tanto en Turín como en Albania. Ni vestir a su hijo con la camiseta de la roja y sacarlo al césped tras la victoria de la selección en Toulouse ante la República Checa el pasado verano. Ese día fue aplaudido pero seis después vivió otra tormenta al ser acusado de hacer una peineta durante el himno español antes del partido frente a Croacia. Tampoco le ha valido de mucho llevar unos meses totalmente centrado en el fútbol. Su inicio de campaña ha sido fenomenal, mejor que
VIENE DE LEJOS El futbolista reconoció que su decisión de dejar ‘la roja’ tras el Mundial era pensada y no fruto de un calentón
NI UNA TACHA El defensa siempre se ha empleado al máximo con la selección y así se lo reconocen en la Federación
CAMBIO URGENTE Algunos que le criticaban se han apresurado en aplaudirle cuando él siente que el daño ya está hecho
otras veces, y ha coincidido con una época en los que no ha gastado ninguna broma grandilocuente en los viajes del Barça ni se ha enzarzado en ninguna batalla dialéctica por Twitter. Piqué no es ningún santo y él lo sabe porque en muchas ocasiones no ha sido nada políticamente correcto a la hora de hacer uso de las nuevas herramientas de comunicación. Pero precisamente en estas semanas su comportamiento estaba siendo modélico. “Parece que realzan más mi rendimiento cuando estoy calladito”, opinó el futbolista el pasado miércoles.
Tampoco han tenido en cuenta los que no le perdonan que esté a favor del derecho a decidir en Catalunya que Piqué aguantó estoicamente los pitos que hasta hace poco oía cuando España jugaba como local. Ni siquiera entonces reaccionó en público con cajas destempladas ni se encaró con la grada.
Eso sí, tras poner fecha de caducidad a su etapa con la selección, ha recibido un torrente de adhesiones e incluso en muchos foros en los que se le criticaba ahora se le aplaude y se recuerda su excelente trayectoria como internacional. Tan rápidos para lapidar como para santificar.
La postura de Piqué suscitó apoyos en el mundo del fútbol, como fue el caso del actual entrenador de España, Julen Lopetegui (“le entiendo, lo de la camiseta es ridículo”), el exseleccionador español Javier Clemente, su amigo Carles Puyol o Jordi Cruyff. También su familia aplaudió su iniciativa. “Chapeau a lo que ha dicho mi hijo”, afirmó su padre en el acto de presentación de la autobiografía de Johan Cruyff en el Camp Nou. El caso Piqué, una acumulación de polémicas en las que el jugador ha sentido que tenía que demostrar su compromiso más que los demás.