Mucha personalidad
Bienal de Venecia
Intérpretes: León de Oro Salvatore Sciarino Lugar y fecha: Teatro alle Tese (7 al 9/X/2016)
Este año la sección de música de la Bienal de Venecia celebra su edición número sesenta. Y bien podría decirse que en este caso, cumplir los sesenta significa prácticamente toda una vida para las músicas de vanguardia generadas a partir de la posguerra. Y como en toda vida creativa, ya están en buena posición los que han tomado el relevo, y que suelen recibir ahora premios, como en este caso Salvatore Sciarrino (Palermo, 1947). Y los que vienen en camino anunciándose con los medios más variados y múltiples. Entre estos la Bienal acaba de conceder el León de Plata al joven japonés Ryo Murakami (Tokio, 1971) que expuso su espectáculo The Wall, que conjuga música y vídeo.
En lo que concierne a lo estrictamente musical, el comienzo de las sesiones de este año ha sido singularmente atractivo. Pocas veces en las últimas ediciones se ha escuchado tan buena música. El viernes 7, un programa del Cuarteto Diotima, al que se sumó piano y un brillante clarinetista finlandés, Kari Kriikku, para un estreno de Figura, de su muy reconocida paisana Kaija Saariaho (1952), encargo de la Bienal en que se reafirma la sensibilidad y la intensidad expresiva de la autora con un trabajo excepcional del clarinete.
El cuarteto en sí dio muestra de su calidad en Fragmente-Stille, an Diotima, de 1975, de Luigi Nono, que dialoga sutilmente con el silencio, una obra que supo marcar camino en su tiempo, y que se vio complementada por la reciente Clamour de Stefano Gervasoni (1962).
El día siguiente fue la concesión del León de Oro a Salvatore Sciarrino (a quien hace varios meses se le hizo homenaje en Barcelona), un premio que valora los méritos de una carrera y que lleva a la culminación en Italia la trilogía –con Nono y Berio– significativa de las vanguardias. Sciarrino, a punto de los 70, es un compositor muy personal, poco atado a las cadenas formales y que ha desarrollado un estilo por el que ya se le reconoce. Consciente de su papel en la historia –“el pasado se va acumulando en la proa del barco que enfila hacia el futuro”–, Sciarrino mira al pasado, al grande del Renacimiento, y al más cercano de su juventud, en el que no deja de mencionar la
El compositor italiano Salvatore Sciarrino se lleva el León de Oro gracias a los méritos de su carrera
figura de Tàpies. Lo importante es escribir para uno, dice, y su trabajo de fondo se manifestó de forma singular en el concierto que hizo el día 8 la London Sinfonieta con la dirección de Marco Angius en el que escuchamos (junto a Ravel y Stravinski) ...da un Divertimento una de sus obras jóvenes (1968) y fundamentalmente Cantieri del poema (2011), en la que trata de manera muy atractiva la voz, como un instrumento más, a cargo de la magnífica Anna Radziejewska. La voz también, con un brillante tratamiento instrumental, protagoniza Immagina il deserto, encargo de esta Bienal, sobre una impresión del desierto natal que le escribió Lyas Laamari. Mucha música en un marco esta vez de gran sensibilidad. El compositor Ivan Fedele cierra así su ciclo como director de la Bienal Música. Buen trabajo.