En primera línea de fuego
Dundalk teme que el Brexit establezca una frontera entre el Ulster y la República, pero mientras tanto disfruta del fútbol
Si a un equipo le va como anillo al dedo el título de esta serie, es al Dundalk FC, ya que la ciudad está situada en la frontera misma entre la República de Irlanda y el Ulster. Hasta ahora, cuando salía en las noticias, era por ser la residencia de numerosos capos del IRA, por asesinatos políticos o batallas de la guerra civil entre los partidarios y detractores de la partición. Pero las cosas han cambiado.
Dundalk lleva semanas saliendo en los periódicos y los telediarios no por el terrorismo y la delincuencia, sino por los goles de los lillywhites, algo que ni los más viejos del lugar podían haber imaginado en sus más remotos sueños. Pero lo cierto es que el club ha hecho historia, siendo el primer irlandés que se clasifica para la fase de grupos de una competición europea en los tiempos modernos (derrotó al BATE Borisov bielorruso en la penúltima eliminatoria de los playoffs de la Champions, cayendo después ante el Legia de Varsovia), y el primero que gana un partido (1-0 al Maccabi de Tel Aviv en la Liga Europa). Tan inesperada proeza les ha reportado ya medio millón de euros en primas de la UEFA, más de lo que les pagaría la federación irlandesa de fútbol por ganar todas las ligas durante los próximos veinticinco años.
Para poner las cosas en perspectiva hay que tener en cuenta que Oriel Park, el estadio del Dundalk en Carrick Road, sólo tiene una tribuna cubierta, y capacidad para seis mil aficionados. El césped es un patatal, y los vestuarios y el resto de instalaciones tan anticuados que las autoridades le han obligado a disputar los partidos de la Europa League en el Tallaght Stadium de Dublín, la casa del Shamrock Rovers, pagando por supuesto la luz y el alquiler.
En Dundalk se respira un aire de ciudad de frontera (es el equivalente gaélico de Tijuana o El Paso), con una importante economía sumergida. Durante los troubles, era el refugio favorito de los activistas del Ejército Republicano Irlandés que operaban en South Armagh (Ulster), y dicen las leyendas populares que sus campos y playas esconden los cadáveres descompuestos de los desaparecidos irlandeses, republicanos liquidados por el propio IRA como sospechosos de haber sido informantes de la policía o los servicios de inteligencia ingleses. Una vez acabada la guerra, y desmanteladas las torres de observación desde las que el ejército británico seguía la pista a sus enemigos, proliferaron las granjas a las que se entraba por el Reino Unido y se salía por Irlanda, o viceversa, una manera inteligente de cobrar tanto los subsidios a la agricultura y ganadería de la Unión Europea LIGA AL ROJO VIVO En la República de Irlanda la temporada de fútbol empieza en marzo y termina el último fin de semana de octubre, para aprovechar los meses menos lluviosos, dado que los campos carecen de hierba en condiciones y de los modernos sistemas que permiten absorber el agua y evitar la congelación cuando las temperaturas bajan de cero. En invierno, casi todos los partidos se tendrían que suspender. Así que estamos en el sprint final de la liga, con sólo seis jornadas por delante, y los lillywhites, campeones vigentes, se juegan esta noche un buen pedazo del título ante el Cork City, segundo de la clasificación a sólo un punto. como los de Londres. Ahora, con el Brexit, no se sabe qué va a pasar, y mucha gente teme la instalación de un puesto de aduanas en toda regla para controlar el tráfico de mercancías e impedir el flujo migratorio, que sería un duro golpe para la economía local.
La demografía del Oriel Park es un reflejo de la ciudad. De los tres mil o cuatro mil espectadores que acuden a un partido (muchos se juegan entre semana, sobre todo los viernes, para no coincidir con los televisados de la Premier inglesa), la inmensa mayoría son blancos y católicos, casi todos irlandeses pero también algún polaco o lituano, ya que hay varios centenares de ellos en el condado de Lough, trabajando en las manufacturas y los servicios. A veces se dejan ver en la única tribuna cubierta dirigentes del Sinn Fein como Gerry Adams y Martin McGuinness.
El Dundalk FC nació en 1903, y es uno de los grandes del fútbol irlandés, con 11 ligas y 10 copas en sus vitrinas, no habiendo descendido nunca a segunda división, aunque hace cuatro años se salvó por los pelos y ganó la permanencia en los despachos, aprovechando la quiebra de un rival que fue relegado. Antes de que cambiara el formato de las competiciones europeas, recibió en Oriel Park al Tottenham, Ajax, PSV Eindhoven, Celtic, Oporto, Liverpool, Nottingham Forest, Estrella Roja y Hajduk Split. La actual plantilla, a las órdenes de Stephen Kenny, está compuesta en su totalidad por jugadores nativos, con la excepción de un belga, un sudafricano y un inglés. Irlanda es una nación de emigrantes, también en el fútbol, y todo chaval que promete es contratado por los clubs de Inglaterra. Roy Keane y Dennis Irwin triunfaron en el Manchester United, Niall Quinn en el Sunderland, Robbie Keane en el Tottenham, Pat Jennings en el Everton, David O’Leary en el Arsenal...
Dundalk es la ciudad del grupo musical The Corrs, del IRA y de las lavanderías donde en vez de ropa se lava dinero. Los lillywhites (azucenas) la han puesto en el mapa también por el fútbol.
Hasta ahora la ciudad era sólo conocida como refugio del IRA y tierra natal del grupo The Corrs