La Vanguardia (1ª edición)

Artífices de Barcelona’92 plantan a Colau por su desaire a Samaranch

La alcaldesa había programado un acto para conmemorar la designació­n olímpica

- ENRIC SIERRA RAMON SUÑÉ Barcelona

El acto en el palacete Albéniz con el que Ada Colau iba a conmemorar los 30 años de la designació­n olímpica de Barcelona se ha anulado. Los invitados protestan porque se retiró de una escultura cedida por Samaranch la leyenda que explicaba que era un regalo suyo.

El lunes se cumplirán 30 años desde que el entonces presidente del Comité Olímpico Internacio­nal, el barcelonés Juan Antonio Samaranch, comunicó al mundo que correspond­ía a “la ville de Barcelona” organizar los Juegos de 1992. La conmemorac­ión de aquella fecha señalada en la historia de la capital catalana pillará a la alcaldesa Ada Colau en Quito, donde tendrá un papel destacado en la cumbre internacio­nal de ciudades. Para su regreso de América, Colau había convocado un almuerzo privado en el palacete Albéniz con un grupo de personalid­ades que tuvieron un papel relevante en aquella designació­n y en la aventura olímpica. Sin embargo, un incidente acaecido hace unos días en el Ayuntamien­to ha provocado que muchos de los comensales hayan declinado la invitación y que el almuerzo se haya cancelado.

El detonante de este plante olímpico no es otro que la decisión del gobierno municipal de retirar de una escultura cedida por Samaranch la leyenda que indicaba que la pieza, que se exhibe en el patio de entrada de la Casa Consistori­al, es un regalo a la ciudad del que fue presidente del COI.

El borrado de la huella de Juan Antonio Samaranch de la escultura arranca antes de verano, cuando la CUP presentó una iniciativa reclamando la retirada de esta obra del artista Joan Mora, argumentad­o la vinculació­n entre del donante y el régimen franquista. La formación de la alcaldesa aceptó a medias la exigencia. Lo que hizo fue eliminar la leyenda grabada en la peana de la escultura que rezaba: “El president del Comité Internacio­nal Olímpic, J.A. Samaranch a la seva ciutat en record dels Jocs de la XXV Olimpiada”. Una vez efectuada esta operación, la estatua fue repuesta en el mismo lugar, circunstan­cia que el grupo de la CUP ha afeado a la alcaldesa. La obra relegada ahora al anonimato representa una bolsa de deporte con los cinco aros olímpicos grabados en su lomo y sobre la que descansa una antorcha de los Juegos.

La alcaldesa había encargado a Enric Truñó, exconcejal socialista y miembro destacado del comité organizado­r de los Juegos de Barcelona, que organizara el almuerzo para el día 18. La agenda de Ada Colau llevó a trasladar este acto privado y sin convocator­ia formal al jueves, día 20. En la mesa debían sentarse unas treinta personas, incluidas figuras tan importante­s de la candidatur­a olímpica como el exalcalde Narcís Serra; el primer comisario del proyecto del 92, Roma Cuyàs; el consejero delegado del comité organizado­r de los Juegos, Josep Miquel Abad; el vicepresid­ente del comité, Josep Lluís Vilaseca, y el director general de Deportes de Barcelona’92, Manuel Fonseca. La mayoría de los invitados se mostraron dispuestos en primera instancia a acudir a la cita del palacete Albéniz. Sin embargo, cuando tuvieron conocimien­to del desaire hacia la fi-

Se había programado un almuerzo privado con 40 artífices de Barcelona’92 El borrado del nombre del líder del COI de una escultura indignó a los invitados

gura de Samaranch, muchos de ellos comenzaron a desertar. Ante la falta de quórum, el lunes se optó por desconvoca­r el almuerzo.

Para quienes declinaron la invitación –entre ellos, algunos de los llamados “cobitos”, personas que labraron una relación de amistad durante la etapa preolímpic­a que aún se mantiene–, el gesto de retirar el nombre de Samaranch de la escultura se consideró “una indignidad” y un “acto de desagradec­imiento” hacia una persona que, al margen de su pasado franquista, tuvo un papel determinan­te en la concesión de los Juegos de 1992 a Barcelona. Algunas fuentes apuntan que el eco de la decisión ha llegado hasta Lausana. En la sede del COI ha sentado muy mal el trato dado por Barcelona a una escultura cedida por Samaranch en condición de presidente del Comité. Es un factor que tener en cuenta si algún día la ciudad se decanta por presentar su candidatur­a a unos Juegos de invierno.

CiU y PP no estuvieron de acuerdo con la operación borrado. De hecho, el grupo popular, el 27 de julio, ya alertó del intento del gobierno –o, mejor dicho, de BComú, porque sus socios del PSC no comparten en absoluto esta decisión– de retirar una pieza que “recuerda uno de los momentos más importante­s de la historia de Barcelona”.

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JOSÉ MARÍA ALGUERSUAR­I / ARCHIVO Momento histórico. Juan Antonio Samaranch, el 17 de octubre de 1986, a punto de pronunciar el nombre de Barcelona
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ARCHIVO La escultura motivo de la discordia ya sin la leyenda de Samaranch

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