Venenosa dulzura
En un informe el organismo pide que se aplique el impuesto a refrescos y zumos
La Organización Mundial de la Salud pide que se grave con al menos un 20% las bebidas azucaradas con el objetivo de reducir la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries dental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo tiene claro: reducir o elevar el precio de un alimento o producto tiene una efectiva repercusión en su consumo. La evidencia no deja lugar a dudas. De ahí que ahora se haya lanzado, sin ambages, a pedir que se grave con al menos un 20% las bebidas azucaradas con el objetivo de reducir la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries dental. La epidemia del exceso de peso y sus letales consecuencias obligan, según este organismo, a tomar medidas sin dilación. Algunos países, como México o Hungría, ya lo han hecho, y otros, como el Reino Unido, Sudáfrica o Filipinas ya han anunciado medidas. Pero, en opinión de la OMS, debe ser una actuación generalizada.
Según el último informe de la
organización, Las políticas fiscales para la dieta y la Prevención de Enfermedades no Transmisibles, imponer un impuesto que suponga elevar el precio de este tipo de bebidas “se traduciría en reducciones proporcionales en el consumo de estos productos”. Es decir, se reduciría la ingesta un 20%, un porcentaje que permitiría, a su vez, combatir la lacra de la obesidad. Aunque el contenido de azúcar es mayor en los refrescos o bebidas gaseosas, desde la OMS que las medidas fiscales deben aplicarse de manera proporcional a todas aquellas con contenido de azúcar, como los zumos de frutas, bebidas energéticas, bebidas para desayunos y a la leche con sabores.
En el 2014, el 39% de los adultos en todo el mundo tenían sobrepeso, mientras que el porcentaje de personas obesas se ha más que duplicado desde 1980 al 2014, con un 11% de hombres y el 15% de las mujeres. Pero el gran problema se centra en los menores. Se estima que 42 millones de niños de menos de 5 años tenían sobrepeso o eran obesos en el 2015, un aumento de alrededor de 11 millones en los últimos 15 años. Casi la mitad (48%) de estos niños vivían en Asia y el 25% en África.
A estos datos hay que sumar el número de personas que viven con diabetes: 422 millones en el 2014 frente a los 108 millones en 1980. Esta enfermedad fue directamente responsable de 1,5 millones de muertes en el 2012.
El informe apunta que reducir el consumo de estas bebidas significa un menor consumo de “azúcares libres” y calorías en general, sobre todo, en el caso de los niños, adolescentes y adultos jóvenes, los principales consumidores. Los azúcares libres se refieren a monosacáridos (tales como la glucosa o la fructosa) y disacáridos (como la sacarosa o azúcar de mesa), así como aquellos
Desde el 2000, la cifra de niños de menos de cinco años con exceso de peso ha aumentado de 31 millones a 42
añadidos por el fabricante, el cocinero o el consumidor. Una lata de refresco contiene 40 gramos de azúcar libre, lo que equivale a 10 cucharas de té. Esto significa que con una sola de estas bebidas un adulto ya consume el máximo recomendado de la ingesta diaria de azúcar y el doble de los 20 gramos diarios que la OMS considera realmente saludable.
¿Cuál ha sido la reacción de la patronal? La Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) calificó de “ineficaz” e “injusta” la subida de impuestos sobre estos productos. A su juicio, este tipo de tasas “no solucionan los problemas” de salud pública, mientras que recuerda que cuando se han puesto tasas sobre determinados alimentos y bebidas han resultado “ineficaces”, ya que no contribuyen a promover dietas saludables .
La OMS no opina así y pone como ejemplo México, país donde el Gobierno ha tomado medidas para frenar el aumento acelerado de consumo de bebidas azucaradas gravando el producto un 10%: La ingesta se ha reducido un 6%.