Encargo real
Mohamed VI acalla rumores tremendistas y encarga formar gobierno al PJD
El secretario general del Partido Justicia y Desarrollo, de base islamista, Abdelilah Benkiran, busca renovar la coalición que gobierna Marruecos desde hace cinco años.
Partido ganador busca socios de gobierno. El secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), de base islamista, Abdelilah Benkiran, recibió el pasado lunes el encargo de formar nuevo gobierno por parte del rey de Marruecos. Sus 125 escaños en un Parlamento de 395 están lejos de la mayoría. Dos días después de las elecciones del día 7 empezaron a circular hipótesis tremendistas sobre el nuevo ejecutivo, que incluían incumplir la Constitución del 2011 y no encargar su formación al partido con más escaños. Mohamed VI zanjó los rumores llamando a palacio a Benkiran, como hizo cinco años atrás.
Ayer por la tarde no se habían iniciado las negociaciones con otras formaciones, según declaró a este diario el ministro de Transportes en funciones y miembro del comité político del PJD, Abdelali Hamidin. Su partido está abierto a negociar con todos, a excepción del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que tampoco lo desea.
“Nuestra primera opción es consultar a los partidos de la coalición ya existente (RNI, el berberista Movimiento Popular y los excomunistas del PPS) y después hablar con el Istiqal, la USFP, etcétera”, especificó Hamidin. Por ese orden.
El Partido Istiqlal ya formó parte del primer ejecutivo de Benkiran, pero lo dejó en el 2013, a pesar de ser el más afín a los islamistas por su ideario nacionalista conservador (que, en Marruecos, sobre todo, significa religioso). Los personalismos pudieron más que las ideas.
El Reagrupamiento Nacional de los Independientes (RNI), partido de centro liberal, entró a formar parte del gobierno, así como varios independientes, entre ellos Mohamed Hasad, que, desde Interior y por encargo del rey, ha controlado el proceso electoral.
El PJD ha anunciado que presentará una treintena de recursos en diversas circunscripciones por lo que, de prosperar, aumentaría su representación. No es el único que lo hará. El PAM, fundado por un consejero real, presentará más del doble. Con 102 escaños, es la oposición a Benkiran que se presenta como partido laico y moderno.
Bernabé López García, profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid después de su jubilación, ha seguido las elecciones como miembro del Observatorio Político y Electoral del Mundo Árabe y Musulmán. “Siguen sin dar el número de votos”, declara a La Vanguardia López García, quien explica que el número de escaños no dice nada sobre la participación real y la distribución del sufragio. En la web del Ministerio del Interior el apartado de datos reales está vacío. “¿Tiene miedo el rey de ver que un tercio de los votantes son del PJD?”, se pregunta. Según las cifras proporcionadas por Interior faltan casi ocho millones de personas del censo. Teniendo en cuenta este dato, la participación (43%), que ya fue baja, podría reducirse a la mitad.
Diplocat envió su propio grupo de observadores (12), que permanecieron diez días en el país. En su informe preliminar también reflejaban su preocupación por la baja participación, así como la alta proporción de votos nulos. El voto en blanco no cuenta; se considera nulo, algo que podría “reconsiderarse”. Colegios electorales que se abrían antes de tiempo sin levantar acta, actas que rellenaban unos y firmaban otros, sin verificación previa, urnas con ausencia parcial o total de candados, fueron algunas de las irregularidades detectadas. En general, sin embargo, Diplocat “felicita al pueblo de Marruecos” por el proceso electoral. Los observadores no obvian las dificultades que encontraron para acceder al Ministerio del Interior, a pesar de haber sido invitados por el organismo oficial Consejo Nacional de Derechos Humanos.
Los millones de marroquíes residentes en el extranjero siguen sin poder votar. “Pueden, si van a Marruecos”, dicen las autoridades.
Los observadores de Diplocat detectaron urnas que carecían de candados en un proceso en general satisfactorio