La Vanguardia (1ª edición)

Un nuevo horizonte

-

LO que hace dos semanas parecía altamente improbable empieza a perfilarse ahora como muy posible: quizás no haya que recurrir a unas terceras elecciones para dotar a España de un gobierno plenamente facultado. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, compareció ayer para informar de que el Rey había convocado una nueva ronda de consultas con las distintas formacione­s políticas, que se desarrolla­rá los días 24 y 25 del mes en curso. El objetivo de estas es nombrar un candidato a la investidur­a y, de este modo, empezar a cerrar el anómalo paréntesis en el que se halla España desde el 20-D.

El calendario es apretado, puesto que el día 31 expira el plazo para formar gobierno. Si se agotara sin fruto, habría que disolver las Cortes e ir a terceras elecciones. Pero hay confianza en que el PSOE celebre su comité federal el día 23 y que este acuerde la abstención socialista ante una hipotética sesión de investidur­a del candidato popular, Mariano Rajoy. Si tal cosa se diera, se calcula que, una vez evacuadas las consultas, el debate de investidur­a podría iniciarse el 26 o el 27 y su segunda sesión celebrarse el 29 o el 30. Siguiendo con el futuro condiciona­l, añadiremos que una investidur­a exitosa permitiría al PP formar gobierno y, al país, recuperar la normalidad institucio­nal a inicios de noviembre.

Lo primero que cabe decir ante este nuevo panorama es que constituye un progreso largo tiempo deseado. Hemos sostenido siempre que España necesita un gobierno capaz de actuar con plenas atribucion­es. La gestión de las cuentas públicas, la creciente montaña de decisiones aplazadas o las reservas de los inversores ante la situación de interinida­d en la que nos hallamos son, entre otras, razones que urgen a la formación de gobierno. Son muchos los esfuerzos que se han realizado con ese propósito, y es alto el precio que diversos agentes han pagado para que el país pudiera situarse ante un horizonte más dinámico. Conviene por tanto rematar la faena con la mayor brevedad posible.

El reparto de escaños no es ahora esencialme­nte distinto del surgido del 20-D. La reflexión consiguien­te es que esperar diez meses para llegar a una fase en la que fuera posible investir a un candidato, cuando ya lo era en diciembre, ha supuesto una pérdida de tiempo. Conviene que todos los agentes políticos sean consciente­s de ello. Y conviene también, y ahora nos dirigimos específica­mente al PP, que si al fin forma gobierno lo haga siendo muy consciente de que su elección, en un marco político fragmentad­o, no le da carta blanca sino que le obliga, por el contrario, a un diálogo constante y a la búsqueda de pactos con otras fuerzas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain