La Vanguardia (1ª edición)

Doce de octubre

- Pilar Rahola

Algunas de las polémicas más ruidosas nacen del gusto por la estética, aquella que, según Ortega, nos pierde a los catalanes. Y es cierto que así se podría percibir la decisión de la alcaldesa de Badalona de no considerar festivo el día de la Hispanidad. Al fin y al cabo, es una iniciativa más próxima al simbolismo ideológico que al servicio público, de manera que podría concluirse que Dolors Sabater ha sobreactua­do con su decisión.

Es posible, pero sin embargo me parece bueno que un representa­nte público se plante ante una celebració­n tan llena de simbolismo retrógrado. La Hispanidad es una fiesta antipática, cuyos orígenes nos retrotraen a ideas tan funestas como la raza y el imperio, y que tuvo, en la época del franquismo, su momento más oscuro. No tiene ninguna raíz con las tradicione­s y la identidad catalana, y fue impuesta, en el calendario democrátic­o, por el renovado nacionalis­mo español, que, en cuestiones de patria, no hizo ascos a los símbolos que había glorificad­o Franco. El hecho de que un tirano, que mató a miles de personas, considerar­a este día como su fiesta más relumbrant­e, debería ser motivo para buscar otro día más digno y menos hiriente con las víctimas. Pero bien sabemos que la transición fue un gran ejercicio de claudicaci­ón, y así nos obligaron a tragarnos la parafernal­ia simbólica que nos había reprimido durante cuarenta años. Pueden maquillar su naturaleza actual, pero el 12 de octubre carga una mochila de negra memoria. ¿Es, pues, extraño que haya partidos, desde el Partit Demòcrata o ERC, hasta PNV, Podemos o Compromiso, que rechacen el día de la Hispanidad? Y si una alcaldesa da un paso más allá, bienvenida la dignidad de la protesta.

Lo que no es extraño es la reacción de Llanos de Luna, que no pierde nunca la ocasión de actuar de virreina imperial vigilando a los indios de la colonia. En este caso, no es que el nacionalis­mo español se pierda en la estética, es que vive enfangado en ella, tan alejado del sentido de convivenci­a que late en la mayoría de las democracia­s, que cabe concluir que estos patriotas irredentos tienen una idea muy insana de lo que es la democracia. No es propio de una democracia liberal del siglo XXI imponer fiestas a naciones que tienen otras tradicione­s, como tampoco lo es mantener aquellas que fueron connotadas por una dictadura. Pero en esta España dominada por el nacionalis­mo español de imposición –que nunca de pacto– pasan cosas que no pasan en ningún país decente. Entre otras, el uso abusivo de los tribunales para perseguir líderes democrátic­os e imponer decisiones ideológica­s. Cierro con una cita del escritor uruguayo Eduardo Galeano, no precisamen­te feliz con el simbolismo del día de hoy. “Vinieron. Tenían la Biblia y nosotros la tierra. Nos dijeron, ‘cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros la Biblia”.

Feliz Virgen del Pilar.

La transición fue un ejercicio de claudicaci­ón que nos obligó a tragarnos simbología retrógrada

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain