El alquiler de embarcaciones reflota el sector náutico
El Salón Náutico zarpa con destacadas novedades y buenas perspectivas de negocio
Una decena de visitantes del Salón Náutico Internacional de Barcelona se agolpa alrededor de varias embarcaciones de la marca Quicksilver. Por menos de 15.000 euros se ofertan barcos de cinco metros de eslora que llaman la atención a diversas familias. Al ser preguntadas, todas ellas responden lo mismo: hace unos años no se planteaban ni por casualidad comprar un barco, ahora lo miran con interés. Todos ellos están habituados a echarse a la mar, conocen bien el sector. La posible compra la valorarán durante las semanas de frío y cuando llegue la primavera ya se verá. Por eso ayer por la mañana vencieron a la pereza de un festivo nublado que amenazaba lluvia y se acercaron a los muelles de España y de la Fusta, antes de que la lluvia desluciera el evento por la tarde.
Ellos son el perfil de clientes que está haciendo reflotar el sector náutico, compradores de embarcaciones de menos de ocho metros de eslora para uso recreativo. Nueve de cada diez barcos que se han vendido este año responden a esas características.
Los datos de matriculaciones de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) apuntan una línea de recuperación que ya se vivió el año pasado. De enero a septiembre del 2016 se han registrado 4.332 matriculaciones, un 4,4% más que en el mismo periodo del año pasado. Para acabar de rematar el año, el presidente del Salón, Luis Conde, considera que el certamen se presenta con “buenas perspectivas de venta”.
Las cifras del 2007 aún quedan lejos pero “la crisis se ha superado”, según el secretario general de ANEN, Carlos Sanlorenzo, que define el momento actual como de “crecimiento moderado y lento pero en positivo”. Catalunya es la comunidad autónoma en la que el viento sopla más a favor. Con 925 matriculaciones lidera el mercado y representa casi una de cada cuatro nuevas embarcaciones y presenta unos datos de crecimiento superiores a los del resto de España.
Pero todas las matriculaciones no corresponden a compras de particulares, ni mucho menos. El 28,4% son adquisiciones para el mercado de alquiler de embarcaciones, que se ha incrementado un 13,8% en los primeros nueve meses del año.
El crecimiento es espectacular, pero aún lo fue más el registro del año pasado y el del 2014, cuando aumentó un 56,72%. Después de años tocando fondo, el mercado de alquiler se ha convertido en una de las opciones al alza elegida por
El arrendamiento de barcos ha supuesto la entrada de un público más amplio Nueve de cada diez naves vendidas son pequeñas, de menos de ocho metros de eslora
los aficionados a la náutica. Las marinas presentes entre los 260 expositores del Salón Náutico no anuncian ese servicio en los carteles de la feria, pero al ser preguntadas por los clientes despliegan catálogos. Es una de sus principales fuentes de ingresos. Según Carlos Sanlorenzo, “hay empresas náuticas que antes se dedicaban a vender barcos y ahora viven de ofrecer charters”.
El alquiler ha dinamizado la venta de barcos, por lo que el sector cada vez lo ve con mejores ojos. También porque consideran que es una cantera de futuros compradores que se aleja de la típica imagen estereotipada de la gente que se mueve como pez en el agua en los muelles de los puertos deportivos. “Nos estamos quitando el estigma de ser algo elitista, la náutica puede ser de todos”, valora el secretario general de Anen.
Con todo, los grandes barcos están en el muelle del Salón Náutico y de manera más visible que el año pasado. Llaman la atención los 18 catamaranes a flote, entre los que sobresale el Seventy 7 de Lagoon, que tiene una cabina con terraza abatible. Hay tantos barcos en el agua que el presidente del Náutico, Luis Conde, destaca que este
año han tenido “overbooking”. El más caro cuesta unos seis millones y medio de euros y es de la empresa Fraser Yachts. Con 35 metros de eslora, acceder a él es entrar en un barco de lujo cuidado hasta el último detalle. El equipo técnico también va a la última en todos ellos, en la línea de uno de los principales centros de atención de la feria este año, la innovación.
Una de las novedades que más peso ganan son los joystick que han llegado para sustituir –o más bien complementar– el control tradicional de las embarcaciones. Yacht Controller instala un centenar al año en embarcaciones de más de doce metros de eslora con mandos electrónicos y la mayoría de novedades de gran tamaño que se ven en el salón ya lo llevan de fábrica. El responsable de Yacht Controller, Daniel Schneider, destaca que las personas que tienen una embarcación de recreo “cada vez buscan más una mayor comodidad y facilidad de navegación”. El último modelo que presentan en la feria incluso va más allá, es un joystick en un mando que directamente permite controlar el barco desde cualquier lugar.
En el Náutico también se presentan pantallas táctiles multifunción que integran todos los parámetros de navegación e incluso un visor de datos desarrollado por Garmin que se incorpora a las gafas de sol. “Se conecta con el barco y permite tener controlada en todo momento la información, algo muy útil en el mundo de las regatas”, explica el responsable del departamento de náutica de Garmin, Lucas Lobato. Si no se quiere llevar en las gafas, también se puede reunir toda la información en un reloj o en el teléfono móvil, con un amplio abanico de aplicaciones que hacen más fácil la navegación.
Unos metros más allá de los últimos gadgets recién salidos al mercado, se expone el centenario “Rafael”, utilizado tiempo atrás por los pescadores. Es uno de los barcos que se pueden ver en el espacio Marina Tradicional, que este año cumple su décima edición dentro del Salón Náutico y demuestra que innovación y tradición pueden compartir espacio en una feria que espera atraer a más de 55.000 personas hasta el domingo en el Port Vell de Barcelona.