Calor y petrodólares
Qatar acoge un Mundial insulso en el que los españoles pintan poco
Mundiales de balonmano, de natación, de gimnasia artística (éste en 2018), de atletismo (2019), de fútbol (2022) y esta semana, el de ciclismo. El poderío económico de Qatar puede con todo y en este caso un desembolso de 10 millones de francos suizos (9,2 millones de euros, el doble de la tarifa habitual) ha determinado que Doha acoja la carrera del arco iris.
Da igual que el calendario habitual del ciclismo haya tenido que ser modificado (el Mundial suele disputarse antes) o que las temperaturas qataríes (más de 35 grados a la sombra estos días) no sean las idóneas para esta prueba. Tampoco ha importado mucho que el trazado de la carrera, que en el caso de los profesionales da comienzo hoy a las 9.30 horas (10.30 en Doha), sea un circuito insulso que sólo favorece la victoria de un velocista. Tanto da que ni Froome, ni Contador, ni Quintana, ni Valverde, por citar sólo algunos ilustres, hayan decidido tomarse unas merecidas vacaciones sin esperar a una carrera donde nada se les ha perdido. Toca Mundial en Qatar y las arcas de la Unión Ciclista Internacional bien que lo agradecen. Tampoco será la primera vez, ni la última, que un Mundial se presenta idóneo para esprinters. Pasó por ejemplo en Zolder (Bélgica) en el 2002 y ganó Mario Cipollini. O en Madrid, en el 2005, y se llevó el oro Tom Boonen. Esta vez los grandes favoritos son los Cavendish, Greipel, el mismo Boonen (ya con 36 años, cumplidos ayer), Kittel, Kristoff, Gaviria, Bouhanni, Démare, Matthews... o Sagan, que se quejaba ayer del calor y de cómo le perjudica. Claro que con el eslovaco nunca se sabe. Su fina ironía no siempre es bien entendida. También comentó, sobre la ausencia de público estos días en Qatar que “eso da igual, todo el mundo tiene un televisor y puede ver la carrera por televisión”.
El recorrido total suma 257 kilómetros, aunque se ha especulado con la posibilidad de recortarlo, por las altas temperaturas. Ni la menor dificultad en el horizonte. Son 151 kilómetros de trazado por el norte de Doha y luego siete vueltas a un circuito de 15,2 en la zona de La Perla de Qatar, un archipiélago artificial de casi cuatro millones de metros cuadrados.
Por lo que respecta al equipo español, el seleccionador Javier Mínguez ha reunido un bloque en torno a Juanjo Lobato (Movistar). Ahí están sus coequipieres Jonathan Castroviejo, Imanol Erviti y Francisco Ventoso, más Carlos Barbero y Diego Rubio (Caja Rural), David de la Cruz (Etixx), Omar Fraile (Dimension Data) y Luis Ángel Maté (Cofidis). Nueve en total.
“No es un circuito para nosotros”, señala Mínguez. “No tenemos muchas opciones si se llega al sprint, pero tampoco somos los favoritos si se rompe la carrera. No es una carrera que nos ilusione”, reconoce. “Pero aquí estamos, esto es un Mundial y ni Castroviejo ni Erviti son cojos en el llano. Y Lobato y Barbero son velocistas. A ver si la carrera llega como ellos quieren y tienen buenas piernas”. A ver.
“No es un circuito para nosotros, no tenemos muchas opciones al sprint ni tampoco si se rompe”