La Vanguardia (1ª edición)

Victoria balsámica

El Madrid sufrió durante una hora, pero acabó goleando con un ‘hat-trick’ de su estrella

- CARLOS NOVO

Con más goles que juego y un triplete con el que Cristiano Ronaldo recupera la confianza, el Real Madrid saca adelante en Mendizorro­za un partido complicado ante un rival, el Alavés, que no había perdido en su campo y había ganado en el Camp Nou y empatado en el Calderón.

El Madrid mantuvo el liderato con más goles que juego y sacó adelante un partido con mucha miga ante un rival que no había perdido en su campo y había ganado en el Camp Nou y empatado en el Calderón. La mejor noticia para los de Zidane, aparte de los tres puntos, fue la recuperaci­ón de la eficacia goleadora de Cristiano, que marcó su primer triplete de la temporada y aún pudo aumentar su cuenta de no haber fallado un penalti.

Durante una hora Mendizorro­za asistió entusiasma­do a un par- tido bravo en el que se vio de todo: intensidad a raudales, alternativ­as en el marcador, grandes paradas y decisiones arbitrales controvert­idas. Pellegrino apostó por una defensa de cinco pero su equipo fue una auténtica pesadilla para los blancos mientras le duró la gasolina. Durante muchos minutos el Madrid fue literalmen­te atropellad­o por la presión del Alavés. El mérito del equipo blanco fue sobreponer­se a su pájara y esperar su momento para acabar imponiendo la autoridad de su pegada.

El comienzo del duelo no pudo ser mejor para los locales. Enseguida marcó el Alavés, que aprovechó la debilidad de Danilo, un filón para cualquier rival, de nuevo ayer catastrófi­co el brasileño que sustituía al sancionado Carvajal. Theo Hernández, hermano del Lucas del Atlético, le armó el lío a Danilo todas las veces que le dio la gana, que fueron muchas en la primera parte. A los siete minutos se internó por su banda y centró sin oposición para que fallaran en el quite Keylor Navas y Varane y Deyverson rematara a puerta vacía.

El Madrid tardó diez minutos en empatar y lo hizo en la jugada polémica de la tarde. Botó una falta Bale y el árbitro interpretó que Deyverson desde la barrera había intercepta­do el balón con el brazo dentro del área y pitó penalti. Todo el Alavés protestó al entender que el balón había dado en la cabeza del hombre que defendía. No cedió el colegiado murciano y Cristiano lanzó la pena máxima. Al Madrid no le pitaban un penalti en la Liga desde hacía siete meses, desde el pasado 20 de marzo ante el Sevilla, 28 partidos después entre Liga, Copa y Champions.

El 1-1 encendió Mendizorro­za pero serenó al Madrid y desató a Cristiano, que dejó su lado ofuscado y oscuro y volvió a ser el delantero intimidant­e de siempre. Un latigazo suyo desde fuera del área, que rebotó en un defensa, adelantó a su equipo poco antes del descanso.

El Alavés comenzó la segunda parte como un trueno, convencido de que o empataba pronto o la dinámica del partido le alejaría de la victoria. En el primer minuto Marcelo erró en la salida del balón y dejó a Camarasa mano a mano frente a Keylor Navas, que le atajó el remate. Aún tendría otro remate franco Deyverson en el minuto 53 y de nuevo el portero costarrice­nse se erigiría en el salvador de los suyos con otra parada providenci­al.

Ese disparo fallido fue el canto del cisne del Alavés. El equipo de Pellegrino acusó el cansancio y poco a poco fue bajando la presión. El Madrid comenzó a disfrutar del balón cada vez más lejos de su área. Cristiano falló un segundo penalti en una gran parada de Pacheco, pero la alegría local duró apenas nada. Zidane refrescó a su equipo con la salida de Morata por Benzema y el canterano marcó el 1-3 nada más pisar el terreno de juego. Casi a continuaci­ón llegó el 1-4, obra de Cristiano. Pellegrino fue expulsado cuando iban 1-2 por protestar y el Madrid vivió un final de partido por fin relajado y feliz.

LA POLÉMICA El Alavés protestó el primer penalti por entender que el balón dio en la cabeza y no en la mano del jugador

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