La presidenta de Corea del Sur está contra las cuerdas por un escándalo
Park Geun Hye, la primera mujer que accedió a la presidencia de Corea del Sur, quería cambiar la Constitución para aspirar a un segundo mandato y presentarse a las elecciones del año próximo. Ahora no está claro ni siquiera que pueda llegar viva al final de los cinco años para los que fue elegida en el 2012.
Miles de personas salieron ayer a las calles de Seúl para pedir su dimisión. La acusan de haberse rodeado de una camarilla de asesores que, además de gestionar sus asuntos políticos, han utilizado el acceso a la presidencia para enriquecerse.
Al frente de este grupo de asesores externos está Choi Sun Sil, amiga personal de Park, su más estrecha colaboradora desde hace años. No sólo le editaba los discursos políticos sino que también traficaba con el acceso a la presidenta y se apropió de fondos de varias organizaciones no gubernamentales. La policía fiscal registró ayer los domicilios de varios de estos asesores y se llevó ordenadores y documentos.
Park apareció la semana pasada en la televisión para reconocer el error, pero esta admisión sólo ha servido para acentuar las críticas. “Ha perdido su autoridad y no tiene las cualidades mínimas para gobernar”, ha dicho el político de la oposición Jae Myung Lee, según recoge la agencia AP.
La organización de la protesta de ayer en Seúl contó 20.000 personas. La policía, 8.000. Aun así es una cifra muy considerable en un país donde las protestas multitudinarias son muy poco frecuentes. Los manifestantes se preguntaban quién ejercía la presidencia, si Park o Choi. Encendieron velas frente al Ayuntamiento y luego marcharon por la ciudad.
Choi Sun Sil lleva un mes en Alemania y ha prometido regresar a Corea del Sur si la justicia lo requiere. Es hija de un monje budista, un líder religioso que, al frente de una secta, fue mentor de Park hasta su muerte, en 1994.
Park, del partido conservador, ha ejercido la presidencia con autoridad, y el escándalo reafirma la impresión de que tampoco lo ha hecho con transparencia. En un intento por revertir la escasa popularidad que le otorgan los sondeos, ha forzado la dimisión de diez asesores. Entre ellos está su jefe de gabinete.
Hace un año, según varias investigaciones periodísticas, Choi impulsó la creación de dos oenegés y presionó a varias compañías coreanas para que hicieran donaciones que llegaron a los 70 millones de dólares. La fiscalía sospecha que se apropió de una parte de este capital.