De regreso a la Rotonda
Más de 5.000 personas se han inscrito para visitar el emblemático edificio modernista en las jornadas de puertas abiertas
Ella se casó aquí, cuando era uno de los lugares más conocidos para bodas y banquetes. Vestida de novia bajó por la escalera, y así lo cuenta mientras se hace la foto. La Rotonda celebró ayer su primera jornada de puertas abiertas, para mostrar a los barceloneses la rehabilitación que se ha llevado a cabo en el inmueble.
En un edificio como este es inevitable que se entrecrucen la historia de la arquitectura con la de las personas. En el año 1900, el farmacéutico Salvador Andreu, que ha pasado a los anales por crear las pastillas de su nombre contra la carraspera, pidió permiso para levantar una caseta donde acababa el Eixample, en el cruce del paseo de la Diputación Provincial (ahora de Sant Gervasi) y la calle de Riego (hoy avenida del Tibidabo). Formaba parte del plan para adentrarse en Collserola y transformar aquel espacio para disfrute de los barceloneses.
Llevó a cabo el encargo el arquitecto Adolf Ruiz Casamitjana, que levantó uno de los edificios emblemáticos del modernismo, con una fachada espectacular y un templete que preside la esquina, rematado por el ceramista Lluís Bru i Salellas. En 1918 fue remodelado por Enric Sagnier i Villavechia, y entre 1951 y 1953 por su hijo, Josep Maria Sagnier i Vidal.
Desde su inauguración hasta hoy, la Rotonda ha tenido varios usos. Por ejemplo, acogió el hotel Metropolitan, famoso por organizar las bodas y los banquetes. Después, la explotación hotelera se compartió con una clínica. En
A partir de lunes empezarán las obras de adecuación para las oficinas que albergará el edificio
la década de los sesenta del pasado siglo se inició una fuerte degradación del edificio, que terminó siendo un geriátrico. Cuando se cerró este, incluso se planteó derribar el inmueble.
En 1999, el grupo Núñez y Navarro adquirió la Rotonda y emprendió su rehabilitación, tarea que encargó al estudio de Alfredo Arribas. Por desgracia, muchos de los elementos primigenios ya habían desaparecido en el tránsito de una ocupación a otra.
Los trabajos ya han concluido y a partir del lunes comenzará la adecuación de las plantas para oficinas y los bajos para locales comerciales. De momento ya hay un inquilino, la consultora Accenture, que ocupará tres plantas.
Para mostrar el resultado final, ayer y hoy se celebran jornadas de puertas abiertas en la Rotonda. Más de 5.000 personas se han inscrito para cubrir los recorridos de unos tres cuartos de hora, y ver los pisos y la azotea con su templete. Y recordar no sólo cómo era el edificio, sino también su propia historia, sus emociones. Como las visitas a los familiares que cumplían sus últimos días en el geriátrico. O cómo bajaron aquella escalera vestida de novia, como esa señora que lo contaba y se fotografiaba en el mismo lugar, pasados los años.