Puigdemont llama al líder popular y se emplazan a una reunión
El Govern vería bien que el líder del PP dé protagonismo a “perfiles dialogantes”
Carles Puigdemont llamó ayer por teléfono a Mariano Rajoy para felicitarle por la investidura y quedar para reunirse después de la constitución del nuevo gobierno español, pero de momento sin fijar fecha. La llamada, en la línea de lo que había publicado La Vanguardia, fue de carácter “protocolario” y tuvo un tono “cordial” y se produjo después de la reunión del Govern, en la que el presidente de la Generalitat informó a los consellers precisamente de este extremo. Un encuentro en el que, cuando se produzca, Carles Puigdemont planteará al líder del PP el mandato del Parlament sobre el referéndum, con una oferta de acordarlo que “no caduca” según palabras de la consellera de Presidència, Neus Munté, y los 46 puntos puestos sobre la mesa en abril, convenientemente actualizados y de los que hasta ahora no se ha cumplido ni uno. Para el Govern “sería ideal” que el nuevo gabinete de Mariano Rajoy tuviera “perfiles dialogantes”, porque así se podría pasar página de la anterior etapa de presidencia del líder del PP, en la que “la capacidad de diálogo ha brillado por su ausencia”.
A pesar de este buen deseo, sin embargo, el equipo del presidente de la Generalitat no confía especialmente en que acabe siendo así, a la vista de la declaración de intenciones realizada por el reelegido presidente del Gobierno español en el debate de investidura en el sentido de que “él no cambiaría nada”. Un escepticismo que se encargó de transmitir la portavoz del Govern en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consell Executiu.
“Sería interesante que hubiese perfiles dialogantes, cosa que no ha sucedido hasta ahora en la inmensa mayoría de casos”, valoró Neus Munté, que, en todo caso, subrayó que, “más allá de la apelación al diálogo”, lo que convendría por parte del Gobierno español es “alguna idea en cuanto al diálogo, alguna propuesta concreta, que hasta ahora no hemos escuchado”. “Es difícil entender que puede haber diálogo si uno no está dispuesto a cambiar alguna cosa”, remachó la consellera de Presidència, que evitó entrar en las quinielas de ministrables que circulan estos días y se limitó a precisar que el hecho de que un ministro sea catalán no es garantía de que habrá mayor diálogo sobre Catalunya. “Tenemos la experiencia de que la condición de catalán no tiene por qué mejorar el diálogo ni da ningún punto especial”, remarcó.