“Recicla vidrio por ellas”
Son de plástico, redondeados, de color de rosa, van de dos en dos, tienen un agujero y en ellos pone: “Recicla vidrio por ellas”. Por cada kilo recogido, nos explican, Ecovidrio donará un euro para luchar contra el cáncer de mama.
Desde luego, el cáncer es un problema gravísimo y cualquier iniciativa contra él debe celebrarse. Pero que eso no nos impida formular algunas preguntas. Primera: ¿por qué elegir precisamente el de mama para hacer una campaña? ¿Por ser el más frecuente, o grave? No lo es: los de colon y próstata tienen mayor incidencia y el más mortífero es el de pulmón. Segunda: ¿por qué esa campaña? ¿Se imaginan contenedores rosa en forma de próstata con un agujerito, invitándonos a reciclar “por ellos”? ¿Por qué no? Quizá porque la próstata es cosa de hombres, y en esta sociedad no es a los hombres, sino a las mujeres, a quienes se atribuye todo lo que esta campaña implica: infantilización (plástico rosa), pasividad (tú, ciudadano activo, tienes que actuar en beneficio de ellas), victimización (ellas están enfermas), y presentación de su cuerpo, o parte de él, como un contenedor, dotado de un agujero en el que meter un objeto alargado (no pongan esa cara, me refiero a las botellas). Espero que Ecovidrio no se lo tome a mal, pero es el mismo imaginario que justifica la prostitución y el alquiler de vientres.
Ya sé lo que me van a decir: que deje de buscarle tres pies al gato, que lo que importa es la lucha contra el cáncer. Precisamente acabo de leer un libro, Cicatrius (in)visibles, de varias autoras y autores, sobre ese tema, una de cuyas conclusiones es que vencer el cáncer no depende tanto de la “prevención, información y sensibilización” (fines de la Fundación Sandra Ibarra a la que Ecovidrio dona los beneficios) como de modificar los factores laborales y medioambientales responsables de más del 90% de los cánceres de mama.
La cuestión, en fin, de cómo luchar eficazmente contra esta enfermedad no es fácil. Como tantos otros temas importantes, requiere un debate complejo, sosegado e imparcial. En vez de eso, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué asuntos ocupan páginas, titulares, tertulias, acaloradas discusiones en las redes sociales...? Los toros. O que si Sánchez se vuelve a presentar, que si Iglesias llamó delincuentes potenciales a los diputados, o Rufián tildó al PSOE de Iscariote. ¿No estamos perdiendo un poco el norte?