Obesos y adictos yerran más en sus decisiones
Dos investigaciones muestran trazos neuropsicológicos compartidos
Personas con obesidad, adictos al juego y adictos a sustancias tóxicas comparten unas dificultades parecidas a la hora de tomar decisiones y acertar con ellas. Se equivocan mucho más que la población sana. También comparten mayor impulsividad y más problemas para regular sus emociones, por eso cuando se desbordan acuden a la nevera o al juego. “Lo relevante de este hallazgo es que demuestra que el tratamiento no sólo ha de centrarse en los síntomas, sino también en estas características que marcan la vulnerabilidad de estos pacientes. Y hemos podido ver en el caso de personas con anorexia, y también en adictos al juego, que cuando mejoran, también mejoran en su toma de decisiones. Es un problema reversible”, resume Fernando Fernández-Aranda jefe de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria del hospital de Bellvitge.
Esta unidad y la red Ciber de Obesidad y Nutrición creada por el Instituto Carlos III presentaron estas investigaciones en una reunión sobre trastornos alimentarios celebrada la semana pasada en Nueva York y las acaban de publicar en Plos One y la EEDR, la revista europea de trastornos alimentarios.
En uno de los estudios compararon a personas con adicciones a sustancias, a otros con trastornos del juego, pacientes obesos y a personas sanas frente a un videojuego de cartas que se utiliza como prueba neuropsicológica. Con él se mide hasta qué punto una persona aprende de sus errores para ser más eficaz en sus decisiones. Todos los pacientes tuvieron peores puntuaciones que el grupo de personas sanas. Pero había diferencias. Los pacientes obesos comenzaban a aprender más tarde y más poco a poco de sus errores. Los adictos a sustancias, aprendían antes, pero mejoraban más despacio. Los adictos al juego tenían una respuesta mucho más aleatoria y no mostraban aprendizaje durante la tarea.