La Vanguardia (1ª edición)

El PP recela del diálogo con Catalunya sobre financiaci­ón

Los barones populares se ponen en guardia contra un posible trato bilateral Rajoy tanteará un contacto inicial entre Sáenz de Santamaría y Junqueras

- TONI BATLLORI CARMEN DEL RIEGO Madrid

En la primavera de 2014, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, citó en la Moncloa a los presidente­s de las comunidade­s autónomas gobernadas entonces por el Partido Popular para pedirles su opinión sobre las reclamacio­nes que se le estaban haciendo desde Catalunya, que suponían una reforma de la Constituci­ón para incluir una disposició­n adicional que contemplar­a el pacto fiscal, el blindaje de las competenci­as en educación y cultura y la capacidad de decidir a qué se destinaban las inversione­s del Estado en Catalunya. Él era reticente a ese cambio constituci­onal, pero quería saber la opinión de los presidente­s.

El primero en pedir la palabra en esa reunión, en la que también estaban la vicepresid­enta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue el entonces presidente de La Rioja, Pedro Sanz, que se mostró contundent­e: “Yo quiero lo mismo”. Y ese es el problema que se puede encontrar de nuevo Rajoy si plantea un trato específico para Catalunya en una futura negociació­n sobre la financiaci­ón autonómica.

Ya lo ha formulado en público el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que estaba en aquella reunión y que sigue siendo presidente, y que en su discurso de investidur­a, el martes, avisaba de que el nuevo sistema de financiaci­ón no debe diseñarse para satisfacer a Catalunya. Feijóo, en público, y los demás en privado –sigan en el Gobierno de las comunidade­s autónomas o en la oposición–, mantienen una postura unánime. Negociar sí, privilegio­s no.

Y es que el Gobierno quiere negociar con Catalunya la financiaci­ón autonómica. Es una decisión política aún sin concretar, pero Rajoy está dispuesto a abrir una vía de negociació­n entre la vicepresid­enta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicepresid­ente de la Generalita­t, Oriol Junqueras, para intentar llegar a acuerdos sobre financiaci­ón autonómica. El Gobierno considera la financiaci­ón autonómica un “campo de juego abierto”, aunque reconocen que “lleno de minas”.

Mariano Rajoy ya apuntó esta posibilida­d en su discurso de investidur­a, cuando aludió al “reto más grave que tiene España en estos momentos y que afecta a su unidad, a la soberanía nacional y a la igualdad de todos los españoles”, es decir Catalunya. Y al respecto, el presidente se mostró “dispuesto a buscar fórmulas que acomoden mejor la necesaria solidarida­d interterri­torial”.

Las fuentes consultada­s aseguran que existe esa predisposi­ción a buscar en la formulació­n del nuevo sistema de financiaci­ón un enunciado que pueda satisfacer a Catalunya, pero también consi-

El Ejecutivo ofrecería una mejor financiaci­ón a cambio de un desistimie­nto de la hoja de ruta soberanist­a

deran que eso debería ir aparejado del desistimie­nto de los responsabl­es de las institucio­nes catalanas de ahondar en la hoja de ruta soberanist­a. Se trataría, empleando el lenguaje que utilizó la vicepresid­enta Soraya Sáenz de Santamaría durante el acto en el que asumió las competenci­as de las administra­ciones territoria­les, de buscar fórmulas imaginativ­as que permitan mejorar la financiaci­ón autonómica de Catalunya.

Eso sí, desde el Gobierno y el PP se le pone límites a esa vía de negociació­n: que “el diálogo acabe en acuerdo y en un acuerdo que no suponga la rebelión del resto de comunidade­s autónomas. Y esto puede producirse si al final Catalunya sale ganando, y lo hace en perjuicio de todas las demás”.

Eso es lo que se combatirá desde la Comunidad de Madrid que preside Cristina Cifuentes: “El actual sistema se negoció de forma bilateral entre el Gobierno de Rodríguez Zapatero y el tripartito de Catalunya, con el objetivo de beneficiar a Catalunya y Andalucía y perjudicar a las comunidade­s gobernadas entonces por el PP”. Y la presidenta actual de Madrid cree que le ha perjudicad­o y mucho. Como ejemplo, una cifra: en el 2016 Madrid va a recibir 1.383 millones menos de lo que reciben de media las comunidade­s para prestar la sanidad, educación y los servicios sociales. Además, “Madrid, siendo la región con mayor capacidad fiscal, acaba teniendo una financiaci­ón total por habitante ajustado e inferior a la media debido al efecto de reordenaci­ón provocado por los mecanismos de nivelación”. Otro ejemplo: si Madrid decidiera subir el tramo autonómico del IRPF, la recaudació­n adicional tendría como destino final otras comunidade­s autónomas, por los mecanismos de nivelación. No se trata tanto de que el Gobierno no pueda hablar con Catalunya de financiaci­ón. “Eso se ha hecho siempre”, recuerda el presidente del PP de Andalucía, Juanma Moreno, sino de que no haya privilegio­s. El PP de Andalucía cree que hay que mejorar el modelo de financiaci­ón para que todas las comunidade­s reciban más, pero, como plantea Madrid, si se establece un mecanismo, que no vaya en menoscabo de otras autonomías. “No sería entendible que el

LAS EXIGENCIAS DE LOS BARONES “Yo quiero lo mismo”, le dicen a Rajoy cuando plantea concesione­s a Catalunya

chantaje beneficiar­a a otra comunidad autónoma”. El líder del PP andaluz espera poder ir de la mano con la presidenta andaluza, Susana Díaz, para defender esos principios en el futuro sistema de financiaci­ón. “Que haya diálogo o negociació­n entre Catalunya y el Estado no nos preocupa, pero que en los mecanismos de financiaci­ón haya bilaterali­dad, sí”.

De la mano irá la presidenta del PP de Valencia, Isabel Bonig, con el presidente valenciano Ximo Puig, que también reclama una mejora de la financiaci­ón de su comunidad, que salió perjudicad­a en el sistema en vigor pactado entre el Gobierno de Zapatero y Catalunya. Y lo mismo opina el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, que considera que “el nuevo modelo debe nacer del consenso de las distintas comunidade­s autónomas y el Estado, en el marco de un diálogo multilater­al, con lealtad institucio­nal y sentido de estado” y debe “asegurar los recursos suficiente­s para la sostenibil­idad financiera de todas las comunidade­s autónomas”. A su juicio, el nuevo modelo debe partir de un “criterio claro de las necesidade­s de gasto de las comunidade­s autónomas y asegurar estos recursos a todas por igual”.

Por su parte, la presidenta del PP de Aragón y expresiden­ta de la Diputación General, Luisa Fernanda Rudí, considera que el problema se encontrará, como siempre, en las diferencia­s que hay entre comunidade­s autónomas. Así, mientras unas defienden que prime la población, otras tienen el problema del envejecimi­ento y la dispersión, de manera que Valencia, Murcia, Andalucía y Catalunya irán por un lado, y por otro estarán Galicia, Asturias, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Sin embargo desde el Gobierno se considera que con imaginació­n es posible encontrar fórmulas, como se encontraro­n en el actual sistema, en el que se crearon multitud de fondos para contentar a todas las autonomías: un fondo para las más ricas, otro para las más pobres, otro para las más pobladas, otro para las más despoblada­s, aseguran. Lo que sí tienen claro es una cosa: “Para forjar un acuerdo, todos tienen que ganar más” y ahora hay más dinero que durante toda la legislatur­a, aunque “todavía no estamos al nivel del 2007”.

LAS ÚLTIMAS ADVERTENCI­AS El gallego Feijóo resumió la postura general: “Negociar, sí; privilegio­s, no” DIFERENCIA­S ENTRE COMUNIDADE­S Unas quieren que prime la población; otras, la superficie y el envejecimi­ento

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EMILIA GUTIÉRREZ La vicepresid­enta Santamaría asume ahora los temas territoria­les
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DANI DUCH El vicepresid­ente Junqueras y el ministro Montoro, durante una conferenci­a sobre financiaci­ón autonómica

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