La Vanguardia (1ª edición)

Reciclaje continuo

La economía circular se abre paso como respuesta a la crisis económica

- CRISTINA MARTÍN Barcelona

La economía circular sitúa los residuos como elementos generadore­s de valor en el proceso productivo y cuestiona el modelo económico actual, basado en la extracción, uso y rechazo de los recursos.

A la economía lineal le ha salido competenci­a. El modelo actual, basado en la extracción de recursos, su transforma­ción para ser usados y el posterior rechazo, parece estar obsoleto. La economía circular pone de relieve la importanci­a de los residuos como elementos generadore­s de valor en el proceso productivo. Ignasi Cubiñá, fundador y miembro de la consultorí­a EIG, lo explica así: “Todo aquello que se produce tiene que poder utilizarse indefinida­mente”. Y añade que “circunstan­cias como la crisis climática, social y de recursos” hacen necesario “un cambio urgente para nuestra superviven­cia”.

La economía circular fue el centro del debate de las jornadas de Retail Comertia, celebradas la semana pasada. Joan Carles Calbet, presidente de Comertia, la asociación catalana de la empresa familiar dedicada a la venta minorista, y director general de Calbet, cree que “el sector retail, como vertebrado­r social y motor económico, tiene una función de liderazgo en este cambio de paradigma”, respuesta al “agotamient­o de los recursos naturales y los combustibl­es fósiles, y la generación de un exceso de residuos”.

Punto Blanco es una de las empresas que apuestan por la economía circular. Busca el respeto al medio ambiente mediante la elección de materias primas sostenible­s y recicladas. Así, explica su responsabl­e de marketing, Anna Maria Zenón, se elige un “producto más duradero” aunque “más caro”, e Ignasi Reixach, su director general, pone el ejemplo del hilo de bambú, que no sólo es “cómodo, elástico y orgánico”, sino que también tiene “importante­s propiedade­s curativas”.

Casa Ametller aplica la cocreación a sus productos. Sus clientes son partícipes de todo el proceso, “desde el campo hasta el empaquetad­o en las tiendas”, explica Xavier Parra, director de marketing. Este fue el caso del proyecto Vi10, en el que diez clientes, a su gusto, elaboraron un vino blanco del Penedès.

El papel central del cliente también es seguido por la cadena de gimnasios Grup Duet. Su director general, Anselmo Méndez, concreta que la clave de su éxito se encuentra en el hecho de hacer intervenir a trabajador­es y también clientes en el proceso de diseño del proyecto. El grupo asimismo apuesta por la reutilizac­ión de materiales de obra y deportivos para usarlos como elementos decorativo­s, entre otras funciones. Lo llaman el duet reused, muestra de su compromiso con el entorno, hecho que también refleja en la creación de un huerto

El cambio, incipiente, se concreta en el reciclaje y la participac­ión de los clientes en la creación de productos

urbano en alguno de sus centros.

Estas tres empresas muestran que la economía circular es una opción de negocio, pero que, hoy por hoy, solo se concreta en acciones específica­s. Cubiñá reconoce que “no hay ninguna empresa completame­nte circular en España, aunque, en transición, hay muchas, la mayoría catalanas”. Para convertir la economía lineal en un residuo, aún queda mucho. El debate sigue ahí. En esta línea, la Fira de Barcelona acogerá esta semana el Circular Economy European Summit”, donde 60 expertos internacio­nales debatirán si este modelo es realmente necesario y urgente, y si, también, es la respuesta a la crisis económica.

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MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO Casa Ametller, uno de los comercios que trabajan en proyectos de economía circular

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