La Vanguardia (1ª edición)

El PSOE se asoma al abismo

Los socialista­s se arriesgan a perder casi la mitad de los cinco millones y medio de votos del 26-J, según el CIS

- CARLES CASTRO Barcelona

El coste electoral de la guerra interna del PSOE puede llevar literalmen­te a la ruina a este partido. La estimación de voto del barómetro de octubre del CIS –realizado tras la salida de Pedro Sánchez– ya registró una caída de casi seis puntos en el apoyo electoral del PSOE: del 22,6% en las elecciones de junio a un 17%, ahora. Y esa evolución se producía sin incluir todavía el impacto directo de la abstención socialista en la investidur­a de Mariano Rajoy.

Sin embargo, las entrañas de ese mismo sondeo sugieren hipótesis más inquietant­es para los socialista­s. Es cierto que el grueso de sus pérdidas no recala en otras formacione­s, sino que se refugia en la abstención o en la indecisión. Pero esos estados suelen ser la antesala obligada para un futuro cambio de signo en la papeleta de voto. De hecho, los electores que se muestran abiertamen­te dispuestos a repetir su voto al PSOE en unos futuros comicios suponen únicamente un 55% de los casi cinco millones y medio de votantes que dieron su apoyo al socialismo en las últimas elecciones.

Y si ese supuesto se hiciera realidad en los próximos comicios, entonces la caída del PSOE llevaría a este partido a la irrelevanc­ia. Con menos de tres millones de sufragios y poco más del 13% del voto, los socialista­s obtendrían una magra cosecha en escaños: 37. Y esa cifra los condenaría a actuar como una mera bisagra, en una evolución que recuerda inevitable­mente el naufragio del socialismo heleno frente a la izquierda alternativ­a de Syriza.

Los principale­s beneficiar­ios del hundimient­o del PSOE serían PP y Ciudadanos, pese a que inicialmen­te arañarían pocos votantes procedente­s del centroizqu­ierda. Sin embargo, el descenso socialista liberaría decenas de escaños que pasarían al PP (ver gráfico adjunto) y en menor medida a Ciudadanos. De ese modo, el centro derecha se aseguraría una cómoda y duradera mayoría absoluta en el Congreso.

El otro beneficiar­io de la debacle socialista sería Unidos Podemos y sus franquicia­s, aunque inicialmen­te también mediante una captación limitada de papeletas procedente­s del PSOE: algo más de 300.000. El votante socialista evidencia un sentimient­o de orfandad notable cuando rompe amarras con el partido al que ha apoyado tradiciona­lmente .

Aun así, las ganancias de la formación que capitanea Pablo Iglesias situarían a Unidos Podemos en torno a los 90 escaños y la consagrarí­an como la principal fuerza de izquierda y de oposición al Partido Popular. Naturalmen­te, este sería el peor supuesto para el PSOE en el caso de que siguiera inmerso en su guerra interna y no fuese capaz de neutraliza­r el impacto de su abstención incondicio­nal ante Rajoy.

Ahora bien, las interiorid­ades del sondeo sugieren que el suelo del PSOE podría encontrars­e en torno al 70% de sus votantes del 26-J. Ese es el porcentaje de quienes se muestran dispuestos a mantener su apoyo al socialismo o se siguen declarando simpatizan­tes de ese partido.

Sólo entre el 55% y el 72% de quienes votaron al Partido Socialista el 26-J están dispuestos a repetir ese apoyo

Y en este caso, el cómputo de electores socialista­s en unos eventuales comicios se situaría alrededor de los cuatro millones, lo que supondría un porcentaje de voto ligerament­e por debajo del 17%. De hecho, esas cifras coinciden con la estimación de voto oficial del CIS, y la discrepanc­ia se registra en torno a las ganancias de los restantes partidos y, muy en especial, de Podemos. Los datos del CIS limitan el alcance del ascenso de Podemos a causa de la volatilida­d de su electorado y de sus previsible­s dificultad­es para ocupar un espacio socialdemó­crata. Sin embargo, la naturaleza aborrece el vacío y la crisis del PSOE puede dejar uno muy amplio.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain