¡Viva California libre!
El catalán Gaspar de Portolà i Rovira, de Os de Balaguer, fundó San Diego y ejerció de gobernador de California de 1767 a 1770
Los californianos están especialmente consternados por la victoria de Trump. Sus resultados electorales son similares a los que obtuvo el Brexit en Escocia. Trump sólo recibió un 33% de los votos, mientras que Hillary pasaba del 61%. Ya les había pasado lo mismo con Reagan y con Bush. Por eso, algunas voces ya han empezado a apostar abiertamente por la independencia del estado californiano. No es inédito ni repentino. La dialéctica entre los estados de la Unión no está exenta de tensiones separatistas, tanto entre el Norte y el Sur, rivales directos en la guerra de Secesión, como entre los estados de la costa Este y los del Oeste. En Hawái se dan movimientos soberanistas organizados, Puerto Rico es un estado libre asociado, y en Canadá, más allá de los dos referéndums perdidos por los independentistas quebequeses, incluso en la Columbia Briránica periódicamente se habla de secesión, en su caso para estar más cerca de sus vecinos del sur y dar continuidad al flujo entre Vancouver y Seattle. En California, diversos empresarios importantes de Silicon Valley se muestran proclives a la independencia. Shervin Pishevar, inversor en empresas que van de boca en boca como Hyperloop, Uber o AirBnB, incluso ha anunciado que financiará una campaña por la independencia del estado que genera más riqueza de los cincuenta que forman los Estados Unidos de América (un PIB que le situaría en el sexto lugar mundial), el más poblado (casi 40 millones de habitantes) y el tercero más extenso (420.000 kilómetros cuadrados).
Como quiera que el nombre hace la cosa, los medios ya se han apresurado a hablar de Calexit, y las analogías con el dilema Brexit/Bremain se han estirado con opciones menos directas como Califrexit (con el free de libertad) o el Caleavefornia (con leave de irse). A los soberanistas catalanes que lo comparan con el Catexit les convendrá explorar la teoría que deriva el topónimo California de la lengua catalana. Hay que tener en cuenta que el militar leridano (de Os de Balaguer) Gaspar de Portolà i Rovira fue uno de los primeros exploradores, fundó San Diego y ejerció de gobernador (tanto de la Baja como de la Alta California) de 1767 a 1770. Lo que es seguro es que en su expedición se hablaba catalán. Iban en ella el padre Joan Crespí (el cronista), fra Juníper Serra (Ginebró, como le conocen en su villa natal de Petra) y numerosos misioneros, colonos y milicianos de la Compañía Franca de Voluntarios de Catalunya. Podían saber, pues, que en algunas masías de la Catalunya interior una califòrnia es una despensa subterránea que mantiene la temperatura constante. Lo que ya resulta más improbable que supieran es que con las letras de California se forma el anagrama Fornicalia.