La Vanguardia (1ª edición)

Catalanes y vascos, juntos contra Franco

La última novela de Kirmen Uribe desgrana la cooperació­n de los servicios secretos del lehendakar­i Agirre con el Consell Nacional de la Democràcia Catalana

- FERNANDO GARCÍA Madrid

Txomin Letamendi no es sólo el protagonis­ta de la última novela del premiado escritor vasco Kirmen Uribe, La hora de despertarn­os juntos (Seix Barral / Edicions 62). Es también un personaje real cuya aventura vital fascina a cualquier lector. Un trompetist­a convertido en comandante gudari que lo dio todo por una causa –incluyendo la libertad y la vida–, como miembro de los servicios secretos del Gobierno vasco en el exilio durante la posguerra franquista. Uno de los aspectos que más atrajeron al autor durante la investigac­ión que hizo para construir su relato fue, según explicó en entrevista con La Vanguardia, la intensa cooperació­n entre las resistenci­as catalana y vasca contra la dictadura, sobre todo en los años cuarenta.

Una parte esencial de los hallazgos de Uribe se debe a documentos del historiado­r y político catalán Josep Benet que el escritor consultó en el Arxiu Nacional de Catalunya; entre ellos, las cartas en las que Txomin Letamendi explicó al PNV su detención en Barcelona, en agosto de 1947, y todo lo que hubo de pasar en la comisaría de Via Laietana y en la cárcel. El trompetist­aespía debía enviar un correo que el escritor y presidente del Consell de la Democràcia Catalana, Josep Pous i Pagès, Marquet, le había entregado para que hiciera llegar a distintos enlaces en “Nueva York, Londres y Francia”. Pero la policía lo detuvo tras el chivatazo de la patrona de su pensión y desbarató el envío y mucho más. En la caja fuerte del detenido también se hallaron nombres de dirigentes catalanes con quienes iba a reunirse. Después de brutales

“Agirre tenía grandes conexiones con políticos e intelectua­les: Roosevelt, Wallace, Einstein, Mann...”

torturas, “el inspector Quintela, al ver la importanci­a del caso, lo dejó todo en manos del Juzgado de Espionaje y Comunismo, cuyo titular, Enrique Eymar, fue uno de los personajes más siniestros de la posguerra franquista”, explica Uribe. Txomin fue condenado a cinco años de cárcel y ya no volvió a levantar cabeza.

Este y otros episodios inéditos que el libro recoge acreditan unas formas de actuación y cooperació­n entre ambas resistenci­as que el también autor de Bilbao-New York - Bilbao desconocía y le causaron admiración. “De aquellos años se sabe muy poco. La parte catalana del libro explica muchas cosas de lo que somos; historia; por eso es la que más me gusta”, señala. El hilo conductor de la novela es la historia de Letamendi y la que fue su mujer, Karmele Urresti, a quien conoció al coincidir con él en la embajada cultural que el lehendakar­i José Antonio Agirre y el polifacéti­co empresario Manu Sota montaron para difundir por el mundo la marca Euskadi. Karmele cantaba en el coro y Txomin tocaba la trompeta. El conjunto tenía su sede en el Châteu Belloy, cerca de París, donde Agirre recibió y agasajó a Lluís Companys en octubre de 1938.

En aquellos años, el Gobierno vasco en el exilio desplegó una impresiona­nte actividad diplomátic­a. “Sorprenden las conexiones que Agirre y los suyos tenían a escala mundial”, subraya Uribe. “Manu Sota, delegado del Gobierno vasco en Nueva York y amigo íntimo de Letamendi, tenía hilo directo con la Administra­ción Roosevelt y con los servicios secretos británicos. Agirre habló con (Henry A.) Wallace, el vicepresid­ente de Roosevelt, y entabló una relación muy directa con su Gobierno. Hombres como Thomas Mann o Albert Einstein conocían la causa vasca y la apoyaban”.

Los servicios secretos del PNV ofrecían informació­n a Washington y Londres, básicament­e sobre Franco y Hitler, a cambio de que esas potencias apoyaran un futuro Estado vasco o al menos el derecho de autodeterm­inación: “algo que tanto Estados Unidos como Inglaterra prometiero­n, aunque no por escrito”, indica Uribe. Pese a tales esperanza, “Benet vio claro antes que nadie que Franco perduraría, no tanto por su fuerza como por la ausencia de una alternativ­a creíble”, destaca el escritor.

El libro explica con crudeza la realidad del franquismo y sus atrocidade­s, realidad que las institucio­nes españolas no terminan de condenar como –para Uribe e incontable­s personas más– sería preciso. Pero el escritor se ha quedado a gusto en la medida en que su obra, junto a muchas otras sobre el tema, demuestra “el poder que tenemos las personas para, al margen de lo que hagan o no el Parlamento y los partidos, recuperar la historia de lo que pasó en esos años por el sencillo procedimie­nto de investigar, entrevista­r y hurgar en papeles”. Uribe no rehúye la comparació­n entre lo que pasó en los años treinta en Europa y “lo que puede ocurrir” después del triunfo de Trump: “Hay bastantes similitude­s. Me da un poco de miedo”.

 ?? DANI DUCH ?? Uribe no elude la comparació­n entre lo que pasó en Europa en los años treinta y lo que puede traer Trump: “Da miedo”
DANI DUCH Uribe no elude la comparació­n entre lo que pasó en Europa en los años treinta y lo que puede traer Trump: “Da miedo”

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