Kerry reafirma el compromiso de EE.UU. con el clima
Mensaje de calma del secretario de Estado en la cumbre de Marrakech
Y llegó la respuesta de Obama a Trump, aunque con personaje interpuesto. John Kerry, secretario de Estado de la Administración Obama, impartió una lección sobre el cambio climático al presidente electo republicano, que ha amenazado con retirar a su país del acuerdo de París, el primer pacto mundial contra el calentamiento del planeta. Con su discurso, quiso ratificar el compromiso de la Administración Obama en la lucha contra el cambio climático y alertar sobre los impactos catastróficos que ya está ocasionando este fenómeno. Además, hizo una encendida apuesta a favor de la transición hacia un modelo económico y energético que relegue los combustibles fósiles y en el que desempeñen un papel clave las energías renovables.
¿Cambiará de opinión el escéptico climático Donald Trump? “No puedo especular sobre las políticas que nuestro presidente electo va a llevar a cabo, pero sí os diré que mientras he estado en la vida pública, una de las cosas que he aprendido es que algunos asuntos se ven diferentes cuando estás en el gobierno de cómo los ves en la campaña electoral”, declaró Kerry. Con sus palabras quiso reiterar que la comunidad internacional ha emprendido un camino irreversible tendente a reducir las emisiones de gases que alteran el clima. Opinó que los compromisos climáticos alcanzados por su país “no pueden ni van a ser revocados”, sobre todo por motivos económicos, frase que le valió una salva de aplausos entre los asistentes. Argumentó que un fracaso en la lucha contra el cambio climático sería “un fracaso moral, una traición de consecuencias devastadoras”.
Kerry dijo que una “abrumadora mayoría” de estadounidenses sabe que el cambio climático está ocurriendo y quiere que EE.UU. cumpla con los compromisos derivados del pacto de París. Se explayó especialmente en recordar las consecuencias del cambio climático, científicas, económicas y humanas. “Son hechos, ciencia, no opiniones ni tampoco eslóganes políticos”, porque “nadie tiene derecho a tomar decisiones (sobre políticas climáticas) basadas solamente en ideologías”: otra frase que parecía dirigida directamente a Trump y al escepticismo climático de una mayoría de los republicanos.
El 2016 va camino de ser, y será el tercer año consecutivo, el más caluroso desde que se hacen registros sistemáticos. Kerry dijo que los impactos del calentamiento global son tan evidentes que, “en algún momento, incluso la persona más escéptica tendrá que reconocer que algo perturbador está pasando”.
No obstante, la parte más extensa de su intervención fue para loar el papel de las energías renovables. “El mundo empieza a caminar junto en favor de las fuentes limpias, cuya implantación están creciendo en todo el mundo”, una evolución energética que calificó de “irreversible”. Agregó que los mercados “necesitan políticas de descarbonización cada vez más ambiciosas”.
Trump ha dicho que el cambio climático es un engaño y que su pretensión es dejar el acuerdo de París
El secretario de Estado de Obama replica al republicano que “el cambio climático está ocurriendo”
contra el calentamiento, así como detener las ayudas que los contribuyentes norteamericanos pagan ahora a los programas de la ONU. Incluso, quiere dar nueva vida al carbón. Una fuente del equipo de transición de Trump afirmó esta semana que el líder republicano está buscando fórmulas rápidas para retirar a EE.UU. del acuerdo, que fija la obligación de los países de presentar contribuciones o planes nacionales para reducir las emisiones de gases. Todos los países deben tenerlos en marcha en el 2020.
Si Trump cumple su promesa, daría al traste con el legado del presidente Barack Obama, que ha hecho del cambio climático una de sus principales prioridades de política interna y externa, pues se ha propuesto reducir las emisiones de gases invernadero en su país entre un 26% y un 28% para el año 2030 respecto al 2005. Con este fin, la Agencia de Protección del Medio Ambiente aprobó el Plan de Energía Limpia (para cerrar plantas térmicas y ayudar a las energías renovables) sin pasar por las cámaras legislativas, bajo control republicano.
La Administración Obama había logrado un nuevo impulso a la lucha contra el cambio climático, al lograr que se aprobara un plan para incorporar la aviación al sistema de comercio de emisiones. Tuvo también un papel activo para que se aprobara el pasado 15 de octubre la Enmienda de Kigali, dentro del protocolo de Montreal contra los gases que destruyen la capa de ozono, de manera que se ha puesto fecha a la eliminación progresiva de los gases de efecto invernadero utilizados en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado (los HFCs) .
La elección de Trump plantea la posibilidad de que EE.UU. quede fuera de la política climática global, lo que supondría ceder el papel de liderazgo a China.
Poco antes de que hablara Kerry, más de 360 empresas, la mayor parte norteamericanas, hicieron pública una carta en la que piden al presidente electo que se respete el pacto de París. DuPont, Gap, Hewlett Packard, Kellog, Hilton, Nike o Mars son algunas de las firmantes. “Hacemos un llamamiento (a los elegidos) a mantener las inversiones en favor de una economía baja en carbono en Estados Unidos y en el extranjero, con objeto de dar más claridad a las decisiones financieras y reforzar la confianza de los inversores”, escriben.
El Gobierno estadounidense ha enviado a la ONU una estrategia para “descarbonizar” su economía a mediados de siglo, en la que detalla la hoja de ruta con la que piensa alcanzar una ambiciosa reducción de emisiones del 80% en el 2050 respecto a los niveles del 2005.
La entrega de este documento estratégico de la Administración Obama a la convención de cambio climático de la ONU se produjo durante la intervención del secretario de Estado, John Kerry.
Estados Unidos se convierte así en el segundo país, tras Alemania, en entregar a la ONU una hoja de ruta de descarbonización para mediados de siglo, que es uno de los deberes que el acuerdo de París invita a hacer a las partes, y se espera que hoy puedan hacer lo propio otros países, como Canadá, México, Chile, Costa Rica y Perú, entre otros.
La hoja de ruta estadounidense para la descarbonización ha sido preparada por el Departamento de Cambio Climático de la Administración Obama con la colaboración de investigadores de los departamentos de energía de las más prestigiosas universidades norteamericanas. En el documento, de 111 páginas, se detallan medidas en tres ámbitos para alcanzar la descarbonización.
Por una parte, aborda la reducción de emisiones del sistema eléctrico, el transporte, la agricultura, los residuos y la edificación; por otra, se habla de cómo aumentar el secuestro de carbono por parte de los bosques y suelos, y, finalmente, detalla cómo disminuir emisiones de CO2 (metano o gases fluorados).
El objetivo final: una reducción de emisiones de “al menos” un
Estados Unidos se une a Alemania al plantear las metas más ambiciosas en la lucha contra el calentamiento
80% en el 2050 respecto a niveles del 2005, en consonancia con el objetivo de “neutralidad climática” en la segunda mitad de siglo tal como propone el acuerdo de París, consistente en que se no se emita más de lo que el planeta puede absorber por sus mecanismos naturales.
En la actualidad, EE.UU. tiene en marcha un compromiso de reducción de emisiones del 17% en el 2020 y de entre un 26% y un 28% en el 2030, en ambos casos respecto a niveles del 2005, tal como señala el documento.
El jefe del Departamento de Cambio Climático de la ONU, Jonathan Pershing, reconoció en declaraciones a los medios en Marrakech que este plan aún no ha sido consultado con el equipo del presidente electo, Donald Trump, en tanto que este aún no ha nombrado a los responsables de la transición entre administraciones en esta materia.