Cristina Fernández Cubas
“Me interesa lo que no se ve”, dice la autora catalana
La autora de Arenys de Mar (71) ha obtenido el Nacional de Narrativa, que concede el Ministerio de Cultura, por La habitación de Nona, libro de relatos que ya había obtenido el premio de la Crítica y la consagra como gran voz literaria.
“Es un sorpresón tremendo y una alegría que tengo que compartir con todos mis amigos los cuentistas”, afirmaba ayer la catalana Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, 1945) al poco de saberse que los relatos de La habitación de Nona (Tusquets) habían obtenido el premio Nacional de Narrativa.
Fernández Cubas, que compareció ante la prensa en la sede del Grupo Planeta –al que pertenece Tusquets–, cree que la noticia confirma que el cuento ha abandonado su estatus de “pariente pobre” en la familia de la literatura. Es un género, además, más interactivo que otros porque “exige un lector colaborador, cómplice con el autor, de los que se resisten a que se lo den todo machacado”.
La habitación de Nona –que ya había ganado este año el premio de la Crítica y el de unas bodegas vinícolas que la autora tiene en gran estima– contiene seis narraciones breves y se publicó tras nueve años de silencio de Fernández Cubas. Dos de los relatos son altamente autobiográficos, Interno con figura, sobre el impacto que le causó un cuadro que vio en Madrid –el que ilustra la portada del libro con “esa niña o institutriz agazapada junto a una cama enorme”– y La nueva vida, donde exorcizó los fantasmas que la visitaron tras la muerte de su marido, Carlos Trías, en el 2007. La tristeza de esta historia es compensada con “un optimista canto a la imaginación” del último cuento, Días entre los Wasi-wano.
Con fama de autora fantástica, afirma que “me interesa lo que no se ve, el misterio, los agujeros negros de la realidad, los claroscuros” aunque “prefiero el misterio y lo inquietante al terror y las vísceras, lo mío es el susto gustoso”. Eso sí, “cuanto más extraña es una cosa que quieres contar, más verosímil debe parecer”.
Reivindicó también la tradición oral “porque yo, a Poe, lo conocí por primera vez al escuchar a mi hermano mayor contándonos La caída de la Casa Usher. Yo era preguntona y le decía: pero ¿cuántas habitaciones tenía la casa? y él como buen narrador improvisaba una respuesta... Así que cuando leí el libro la casa me pareció muy pequeña”.
Tuvo un recuerdo especial para su álter ego de Fernanda Kubbs, “mi hermana de tinta, que me devolvió el placer de la escritura, gracias a ella he podido seguir escribiendo”. Fue Kubbs quien firmó la novela La puerta entreabierta en el 2013. “No sé si la vida será larga o corta... pero espero volver con ella”.
Actualmente, Fernández Cubas se encuentra “en una etapa de introspección, con cosas que están germinando dentro de mí. Cuando exploten, no me moveré de casa, sólo escribiré. Pero no soy de un libro al año, tienen que germinar. Mi obsesión es la de no repetirme, no contar nunca lo mismo”.
La distinción se acompaña de una dotación económica de 20.000 euros. El jurado estuvo compuesto por el director general del Libro, José Pascual Marco; la subdirectora de Promoción del Libro, Mónica Fernández; los escritores Ignacio Martínez de Pisón, Luis Landero, Manuel Gutiérrez Aragón, Fanny Rubio y Paula Izquierdo; las críticas Ana María Toledo e Irene Andrés, y la profesora Cristina Rodríguez.
Los relatos de ‘La habitación de Nona’ ya habían obtenido este año el premio de la Crítica